En ocasiones, sobre todo en los más pequeños, las pantallas de los dispositivos electrónicos se convierten en unas oportunas ‘niñeras’ para dar un respiro a los padres. Pero ojo, la exposición a las pantallas no debe tener consecuencias negativas. Para evitarlas y ayudar a los padres a controlar el tiempo de uso del móvil dependiendo de las edades, la Asociación Española de Pediatría (AEP) propone la creación de un plan digital en cada familia.
Este plan puede ser especialmente útil, ya que, al tratarse de nuevas tecnologías, no hay referentes previos en la educación que recibieron los padres, con lo cual pueden estar un poco perdidos. A esto hay que añadir lo rápido que sucede todo en el mundo digital y la información contradictoria que podemos encontrar.
Si en la familia no se regula el uso de los dispositivos móviles pueden aparecer problemas físicos, como trastornos de sueño, o psicológicos, como adicciones, acoso escolar, acceso a la pornografía…
Establecer un plan digital en la familia ayuda a establecer límites y a responsabilizarse del uso de las pantallas. Este plan debe ser flexible y adaptado a cada familia, con el objetivo de reducir el riesgo físico mental y social que puede tener la tecnología en los niños y adolescentes.
Estas son las recomendaciones que ofrece la AEP para cada edad:
En esta etapa de la vida, gran parte del aprendizaje es por imitación y repetición. Por eso, hay que tener cuidado y respetar los tiempos de uso del móvil.
Durante estos años, la memoria y la atención son inmaduras, por lo que los medios digitales no son los más apropiados para facilitar el aprendizaje. Sin embargo, ciertos estudios ponen de manifiesto que los mayores de 15 meses pueden aprender palabras a través de las pantallas táctiles, aunque no las saben interpretar.
También hay que recordar que el uso excesivo de pantallas en estas edades puede ser perjudicial, ya que reduce las horas de sueño, aumenta la tendencia a la obesidad y aumenta las dificultades socioemocionales y del lenguaje.
En estos años ya se vislumbran cambios en el comportamiento y en el desarrollo de los niños. Empiezan a ser más autónomos, socializan fuera de la familia y tienen respuestas emocionales más complejas. El lenguaje y la narración de historias son fundamentales en estos años.
Por eso, el uso de pantallas debe ser como máximo de una hora al día con un adulto. Los padres o cuidadores deben seleccionar qué ven los niños porque ya aprenden qué es la violencia, la empatía, la tolerancia y el respeto.
Los niños con estas edades deben utilizar las pantallas con moderación y el tiempo lo deben establecer los padres y educadores. Estos también deben controlar qué contenido ven.
Durante estos años se empiezan a forjar amistades y la aceptación por parte del grupo es importante.
Al establecer un uso responsable de los dispositivos móviles hay que tener en cuenta que forman parte de la vida social de los niños y adolescentes, por lo que es necesaria una comunicación fluida y continua entre padres e hijos.
En este contexto, se puede hablar abiertamente sobre el ciberacoso, la información inadecuada para cada edad, la pornografía, quedar con desconocidos, el envío o la recepción de imágenes con contenido sexual…
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