En caso de sospecha de fiebre, ¿es mejor tomar la temperatura del bebé o niño en la axila, en el recto, en el oído, en la frente o en la boca? Descúbrelo aquí.
Tarde o temprano, todos los padres, especialmente los primerizos, se enfrentan a la primera fiebre de sus hijos y les asaltan numerosas dudas: ¿qué se considera fiebre?, ¿en qué zona del cuerpo del bebé o niño es mejor tomar la temperatura?, ¿cuándo acudir a urgencias?
La fiebre es un mecanismo de defensa del organismo y, por sí misma, no es perjudicial. Cuando tenemos una infección, causada por virus o por bacterias, el cuerpo produce más calor (fiebre) para que nuestras defensas luchen contra ella.
Tal y como define la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP), la fiebre consiste en la elevación de la temperatura normal del cuerpo: en niños, más de 38º C, si se mide en el recto, o más de 37,5º C, si se mide en la axila.
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) recuerda que la temperatura del niño se debe tomar cuando tengamos la sospecha de que esté febril, esté decaído o tenga algún síntoma asociado con frecuencia a fiebre, como tos o diarrea.
Métodos para tomar la temperatura
Según la AEPap, hay cinco métodos para tomar la temperatura y comprobar si tu hijo tiene fiebre:
- Temperatura rectal. Considerado como el método más exacto, puesto que se aproxima a la temperatura central del cuerpo. Sin embargo, puede resultar un método incómodo y poco higiénico. Depende de la profundidad a la que introduzcamos el termómetro en el recto y de la presencia de heces.
- Temperatura axilar. Mide la temperatura de la arteria axilar. Es fácil de medir, pero poco precisa porque en la axila puede haber una diferencia de hasta 0,9ºC con respecto a la temperatura rectal. Es preferible la toma de temperatura axilar a la rectal en niños que padecen neutropenia (cuando la sangre no tiene una cantidad suficiente de neutrófilos, un tipo de glóbulos blancos) por el elevado riesgo de infección derivado de su condición médica.
- Temperatura sublingual. Mide la temperatura de la arteria sublingual. En esta temperatura influye la toma previa de alimentos fríos o calientes y también la respiración. Puede ser difícil de realizar por el niño si es pequeño, ya que la boca debe estar cerrada y la lengua tiene que asentar sobre el suelo de la boca. Sin embargo, es un buen método cuando el menor colabora. Debido a la respiración, mide unos 0,6ºC menos que la medición rectal.
- Termometría timpánica. Este método se basa en la emisión de ondas térmicas por parte de la membrana del tímpano y del conducto auditivo. La temperatura no se ve influida por la existencia de cerumen, otitis o llanto. Está limitada por el tamaño del conducto auditivo (menores de 2 años) o por la posición en la que coloquemos el termómetro. No es un método fiable porque hay marcadas diferencias con la temperatura rectal.
- Temperatura cutánea. Toma la temperatura de la arteria temporal, situada en la frente. Es más precisa que el termómetro timpánico y más cómodo que la toma de temperatura rectal. Se trata de un buen método para comprobar si el niño tiene fiebre, pero no para valorar cuántos grados, ya que es bastante inexacto y puede verse afectado por el sudor.
Existen diferentes tipos de termómetro, que se adaptan a cada uno de estos métodos de toma de temperatura.
La mejor zona para tomar la temperatura según la edad
¿Cuál es el mejor lugar de toma de la temperatura ideal según la edad? Te lo explicamos a continuación:
- En el recién nacido (bebés de menos de 4 semanas de vida), se prefiere la toma de temperatura axilar por el riesgo de perforación rectal.
- En el lactante hasta los 2 años, se puede utilizar como cribado la toma axilar y como medida definitiva la toma rectal.
- En el niño mayor de 2 años y hasta los 5, podremos utilizar como cribado la toma axilar o timpánica y como definitiva la rectal.
- En el niño mayor de 5 años, utilizaremos la axilar, timpánica o cutánea como cribado y la oral como definitiva.
La fiebre puede aparecer cuando hay una infección causada tanto por virus como por bacterias.
¿Qué hay que hacer cuando un niño tiene fiebre?
En casa, hay varias medidas que se pueden llevar a cabo cuando un niño tiene fiebre y otras que están desaconsejadas. Los pediatras de urgencias dan las siguientes recomendaciones para orientar a los padres en este sentido:
- Para decidir si tu hijo tiene fiebre, no le pongas la mano sobre la frente, usa el termómetro.
- Mantén una temperatura ambiental agradable y no pongas mucha ropa al niño.
- Ofrécele abundantes líquidos, sin forzarle a ingerirlos.
- No es necesario bajar la fiebre en todas las circunstancias, solamente si el niño está molesto, algo que ocurre, normalmente, a partir de 38ºC o 38,5ºC.
- Utiliza las dosis de antitérmicos recomendadas por el pediatra de tu hijo, respetando los intervalos aunque la fiebre reaparezca antes. Siempre que sea posible, adminístraselos por la boca, no por vía rectal.
- No se deben alternar medicamentos (paracetamol e ibuprofeno) para tratar el malestar provocado por la fiebre.
- Los baños con agua templada disminuyen poco la fiebre. Puedes usarlos para ayudar a los antitérmicos. No utilices compresas de alcohol ni de agua fría.
¿Cuándo hay que ir a urgencias por fiebre?
En palabras de la SEUP, hay que acudir a un servicio de urgencias con el bebé o niño en los siguientes casos:
- Si tiene menos de 3 meses de edad.
- Si está adormilado, decaído o muy irritable.
- Si ha tenido, por primera vez, una convulsión febril.
- Si se queja de dolor de cabeza intenso y vomita varias veces.
- Si respira con dificultad.
- Si presenta manchas rojas en la piel que no desaparecen al presionar.
La AEPap añade otro caso más:
- Si el niño tiene alguna enfermedad crónica: inmunodeficiencia, ciertas anemias, cardiopatías, trasplantados, etcétera.