La rabia canina es una enfermedad que afecta al sistema nervioso central causada por un virus de tipo ARN lineal monocatenario de la familia Rhabdoviridae y del género Lyssavirus. Debido a que puede transmitirse de forma natural entre animales y seres humanos, nos referimos a la rabia como una zoonosis.
Si bien el perro es el principal transmisor de la rabia, otros reservorios frecuentes son los murciélagos y los zorros, entre otros mamíferos.
España está libre de rabia desde 1978 gracias a las intensas campañas de vacunación llevadas a cabo en perros. Sin embargo, la cada vez mayor movilidad de personas y animales procedentes de zonas endémicas aumenta el riesgo de que aparezcan casos esporádicos en nuestro territorio. De ahí la importancia de extremar los controles sobre la vacunación de los animales.
La rabia en perros se transmite habitualmente cuando un animal es mordido por otro infectado y, con menos frecuencia, cuando la saliva infectada entra en contacto con la superficie de las mucosas.
Una vez infectado, el perro pasa por un periodo de incubación que dura en torno a las 4-8 semanas. Sin embargo, este periodo es variable y en algunos casos puede ser muy largo, llegando incluso a los dos años. Esta variabilidad tiene relación con el lugar en el que se encuentre la herida, su gravedad y la cantidad de partículas virales inoculadas.
Tal y como recoge el Plan de contingencia para el control de la rabia en animales domésticos en España, liderado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, la rabia en perros se caracteriza por una fase inicial de 2-3 días en la que aparecen algunos cambios de comportamiento en el animal. Sin embargo, esta fase suele pasar desapercibida para el propietario del perro.
Tras dicha fase se distinguen dos síndromes, forma furiosa y forma muda, que se caracterizan por los siguientes síntomas:
En el hombre, la rabia se transmite habitualmente por la mordedura de un perro u otro mamífero infectado, o por el contacto de heridas o rasguños expuestos con la saliva y otros fluidos del animal infectado. Como consecuencia de esta transmisión, cada año se producen más de 50.000 casos de rabia humana en el mundo.
El periodo de incubación en el hombre puede durar semanas o meses y los síntomas iniciales suelen confundirse con los de la gripe, incluyendo malestar general, fatiga, fiebre o dolor de cabeza. Conforme la infección avanza, aparecen síntomas más graves como disfunción cerebral, ansiedad, confusión y agitación, delirios, alucinaciones, hidrofobia, insomnio y parálisis. Una vez que aparecen los síntomas, la enfermedad es casi siempre mortal.
Fuente:
Consulta a tu farmacéutico.
Tu farmacia y tu farmacéutico de confianza siempre cerca y disponibles para ti.
#palabradefarmacia
y recibe un 5% de descuento en tu próximo pedido.
¡y mucho mas!