Cuidar de un animal implica asegurar su bienestar. Y ese bienestar pasa, en el caso de los perros, por su alimentación, sus momentos de ejercicio y socialización y sus dosis de cariño.
También por mantenerlo alejado de parásitos, que no solo son molestos sino que, en ocasiones, pueden ser el agente transmisor de múltiples enfermedades como la leishmaniosis, la erliquiosis canina o la dermatitis alérgica.
La correcta higiene del animal, la observación regular y la prevención a través de productos antiparasitarios son fundamentales para evitar una infestación.
Las pulgas en perros son, junto a las garrapatas, los parásitos externos más populares. Las primeras, las pulgas, son apenas apreciables a simple vista (miden alrededor de 2 milímetros) y, aunque parecen inofensivas, se reproducen rápidamente.
Se alimentan de la sangre del animal que hospedan, lo que provoca incomodidad y, en algunos casos, dermatitis alérgica. En el caso de las garrapatas en perros también pueden provocar picores e irritaciones pero su infestación es algo más grave, ya que puede transmitir enfermedades como la erliquiosis canina, con síntomas como anemia o deficiencias en el sistema inmunitario.
En el caso de las garrapatas es importante actuar cuanto antes para evitar un desenlace que puede ser fatal.
Aunque las pulgas y las garrapatas se asocian sobre todo con perros, lo cierto es que tanto otros animales como los seres humanos son susceptibles de padecer una infestación de estos parásitos. Para evitarlo es fundamental que, si convivimos con un animal, sea una prioridad desparasitarlo.
También debemos prestar especial atención a una enfermedad con alta prevalencia en perros: la leishmaniosis canina. Se trata de una enfermedad causada por el parásito Leishmania infantum, cuya principal forma de transmisión se halla en la picadura de unos mosquitos llamados flebótomos.
¿Cómo saber si nuestro perro padece leishmaniosis? Algunos de los síntomas más claros serían:
Será el veterinario quien, tras una exploración y un análisis de sangre, pueda diagnosticar la patología y, en consecuencia, indicar el tratamiento más adecuado.
Para evitar la infestación del parásito Leishmania infantum así como de otros parásitos como pulgas y garrapatas, es fundamental la prevención y el tratamiento precoz.
Actualmente hay en el mercado un amplio abanico de soluciones antiparasitarias enfocadas tanto hacia el tratamiento como hacia la prevención.
Nuestro veterinario puede asesorarnos para encontrar la mejor solución en nuestro caso en base a la raza de nuestro perro, su estado de salud, su edad y el modo de aplicación que encaja mejor con nuestro ritmo vital. Algunos de los productos antiparasitarios más utilizados son:
Además de todo esto, es importante no dejar que nuestra mascota se acerque a espacios con agua estancada, mantener una higiene adecuada y acudir a las revisiones periódicas a nuestra clínica veterinaria.
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