Las procesionarias son las orugas de los pinos y se denominan así porque se mueven en “procesión”, unas detrás de otras.
La oruga procesionaria es un insecto, una mariposa, que deposita sus huevos en las hojas de los pinos durante los meses de julio y agosto. Pasados esos meses, las larvas salen de los huevos y se quedan en los pinos, en una especie de bolsas.
Es en primavera cuando las orugas procesionarias bajan por el tronco de los pinos de una en una, en procesión, hasta buscar un sitio en el suelo donde se quedan hasta el mes de julio, cuando pasan a ser mariposas nocturnas y mueren en 24 horas.
Cada oruga tiene unos 500.000 pelos para protegerse de los depredadores. Esos pelos contienen distintas toxinas, como la Thaumatopina. Cuando se desprenden esos pequeños pelos, se quedan suspendidos en el aire y son los responsables de la aparición de algunos problemas de salud tanto para el hombre como para los perros.
Cuando los pelos de las orugas, que contienen toxinas, entran en contacto con el hombre, pueden ocasionar algunos problemas cutáneos o alérgicos. La lesión cutánea más frecuente es la dermatitis papulosa y la urticaria de contacto. Esta última produce gran picor y ronchas.
Los ojos también pueden verse afectados, ya que las toxinas de las orugas procesionarias son capaces de provocar edema, enrojecimiento de la conjuntiva, fotofobia, lagrimeo y picor. Este también puede extenderse hasta la nariz y oídos. Si afecta a la garganta, aparece tos, dolor y dificultad para respirar. En casos extremos se puede producir anafilaxia.
Las orugas procesionarias también pueden picar a los perros. Es importante saber detectar rápidamente si esto ha sucedido para tomar medidas lo antes posible.
Conocer los síntomas que producen puede ayudar a saber si las orugas procesionarias han picado a tu perro:
Si a tu perro le ha picado una oruga procesionaria, es importante que acudas al veterinario cuanto antes. Mientras tanto, te pueden ser de ayuda estas recomendaciones del Colegio Oficial de Veterinarios de Sevilla:
El tratamiento de las lesiones causadas por la oruga procesionaria en los perros suele ser con antihistamínicos y corticoides. Es el veterinario, después de valorar las lesiones, el que podrá prescribirlos.
Para prevenir el contacto tanto de los perros como de las personas con las orugas procesionarias hay que evitar las zonas de pinares y de bosques, en general, entre marzo y junio.
Es importante que tu perro no entre en contacto con las orugas procesionarias que están en el suelo, por lo que es recomendable que no pasee sin correa.
Es necesario también evitar que olfatee determinadas zonas de bosque donde es más probable que haya orugas procesionarias.
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