Una revolución en la dermatocosmética de inicios de siglo XXI han sido los champús o productos tópicos, muy fáciles de aplicar y con gran difusión en el mercado. Existen champús con acción higiénica (componentes iónicos que se unen a detritus presentes en superficie cutánea permitiendo su retirada) hidratantes (como propylenglicol, glicerol), reparadores (ceramidas, filagrina), estabilizadores de flora cutánea (monosacáridos, péptidos), entre otros.
En cualquier patología de la piel es primordial la regeneración de la barrera cutánea para devolverle sus características iniciales, por lo que el manejo tópico es fundamental. Existen diferentes formulaciones que pueden ser prescritas: champús, mousses, lociones, toallitas, spray, pomadas, cremas, geles, etc.
A través de la piel podemos ver si el animal está bien hidratado, si está bien nutrido y si está libre de parásitos. Y, en ciertos casos, las dermatopatías son secundarias a otras patologías subyacentes como la leishmaniosis o enfermedades endocrinas, de ahí la importancia de establecer un diagnóstico para elaborar un correcto plan de abordaje.
Los productos tópicos deben fortalecer la barrera mecánica de la piel para una piel más elástica e hidratada. Asimismo también deben restaurar el equilibrio de la flora bacteriana protectora de la piel y ayudar a reducir la irritación de la piel.
Por otro lado, deben estar formulados con un pH fisiológico adaptado a la piel de la especie que esté indicada. Se debe tener muy en cuenta esta característica debido a la sensibilidad de la piel animal. Su piel es diferente a la humana debido a su anatomía y fisiología, por lo que la composición de los productos humanos es distinta y no deben emplearse nunca en las mascotas.
Lo ideal es aplicar de dos a tres veces a la semana un champú que además de tener propiedades limpiadoras contenga ingredientes que ayuden a regenerar la barrera cutánea y aliviar la irritación de la piel.
Para un buen uso del champú en procesos dermatológicos, debe mojarse al animal con agua tibia y aplicar masajeando el producto sobre la piel y pelo. Es importante mantener el champú actuando durante unos 10 minutos sobre la piel, o realizar dos enjabonadas de unos 5 minutos cada una. De esta manera, los principios activos actuarán correctamente y accederán a niveles suficientes a las capas celulares profundas. A continuación, debe aclararse abundantemente con agua.
El champú suele utilizarse para el manejo de procesos generalizados, y a pesar de que también se pueda utilizar en zonas localizadas, existen presentaciones más cómodas de aplicar y con la misma eficacia y principios activos como pueden ser las mousses (para axilas, abdomen o ingles) o por ejemplo los discos de algodón para zonas interdigitales y pliegues cutáneos.
En el caso de zonas con pelo, las mousses deben aplicarse sobre el pelo limpio después de cepillarlo a contrapelo y masajeando el producto para que este pueda llegar a la piel. Debe repetirse la operación tantas veces como sea necesario para llegar a cubrir todo el cuerpo y dejar secar al aire. En zonas sin pelo estas presentaciones tópicas también son de gran utilidad, así como en animales con problemas dermatológicos en los que el baño frecuente puede no ser posible y requieren de otras soluciones. Dispones de todo tipo de productos en la gama DOUXO® S3 en tu farmacia de confianza.
Por último, RECUERDA, es importante que a la hora de utilizar productos por vía tópica para tu mascota sean de la más alta calidad y recomendados por profesionales competentes.
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