La Insuficiencia Cardíaca (IC) es una enfermedad crónica y degenerativa del corazón. Impide que éste tenga capacidad suficiente para bombear la sangre y por lo tanto, de hacer llegar suficiente oxígeno y nutrientes al resto de los órganos. Puede manifestarse a cualquier edad,
aunque la probabilidad de sufrirla aumenta con los años. Según su forma de manifestarse, se clasifica en:
- Insuficiencia Cardíaca Crónica: la enfermedad se va manifestando gradualmente, pero los síntomas se intensifican con el paso del tiempo. Es la más frecuente.
- Insuficiencia Cardíaca Aguda: los síntomas aparecen de forma repentina y son graves desde el principio. Con un tratamiento adecuado, los pacientes pueden mejorar rápidamente.
Haber sufrido un evento cardiovascular puede dejar secuelas, como, por ejemplo, la aparición
de la Insuficiencia Cardíaca (IC). La IC puede presentarse tras sufrir…
Los síntomas pueden variar de una persona a otra, en función del grado de la enfermedad.
Los más comunes son:
El infarto se debe a la lesión del miocardio (músculo del corazón) por falta de aporte sanguíneo. El término 'infarto' se refiere a la existencia de una zona de tejido muerta como consecuencia de la ausencia de oxígeno.
Un infarto agudo de miocardio se refiere a una lesión vascular del corazón debido a la obstrucción de una arteria que lleva sangre al músculo cardíaco.
Cualquier persona puede sufrir un Infarto de Miocardio, pero no todas tienen el mismo riesgo.
Tienen más probabilidades aquellas con problemas de corazón o que han sufrido un evento cardiovascular, así como las de edad avanzada y las que presentan más factores de riesgo.
El IM suele tener lugar a primera hora de la mañana, aunque puede aparecer en cualquier momento del día.
Los síntomas pueden manifestarse en distintas combinaciones, sin ser necesario presentarlos todos para confirmar el Infarto de Miocardio. Son muy parecidos a los de la angina de pecho, pero de distinta intensidad y duración.
- Dolor muy fuerte y opresión en el pecho, que puede aparecer de forma brusca o durante el ejercicio.
- Puede acompañarse de dolor en otras partes del cuerpo: mandíbula, cuello, espalda, brazo izquierdo, zona abdominal.
- El dolor no desaparece en reposo, ni varía con movimientos ni con la respiración.
Otros síntomas: Mareo intenso, sudor, cansancio inexplicable, latidos anormales del corazón, dificultad para respirar, náuseas y vómitos.
El riesgo de padecer un infarto puede reducirse con medidas para prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, es decir, si se realiza una dieta sana, ejercicio físico frecuente, se mantiene un peso adecuado, se evita el fumar y se controlan adecuadamente los factores de riesgo (colesterol, hipertensión arterial y diabetes).
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