La mononucleosis es una infección causada por el virus de Epstein-Barr y suele darse con más frecuencia en la adolescencia y en los primeros años de la edad adulta. En la mayor parte de los casos se resuelve por sí misma en unas dos o tres semanas sin causar complicaciones.
La mononucleosis también se conoce como la ‘enfermedad del beso’ porque el virus que la causa se transmite a través del contacto directo con fluidos corporales, sobre todo por la saliva.
Entre las causas de la mononucleosis está el virus de Epstein-Barr, que es el responsable de más del 90 % de los casos de mononucleosis infecciosa, aunque también puede ser causada por otros virus e infecciones:
En líneas generales, las personas adultas con mononucleosis presentan estos síntomas:
La mayor parte de los bebés que están infectados por el virus de Epstein-Barr no presentan síntomas, y si los tienen, son muy leves. Entre los síntomas de mononucleosis en bebés están los siguientes:
El cansancio y la falta de apetito pueden considerarse los principales signos que indican que un adolescente tenga mononucleosis. A esos síntomas hay que añadir:
La mononucleosis no suele presentar complicaciones ni dejar secuelas. Sin embargo, en casos más graves o en personas con sistemas inmunitarios debilitados pueden aparecer distintas complicaciones, entre las que destacan:
Estas complicaciones, aunque raras, subrayan la importancia de un diagnóstico adecuado y un seguimiento médico si se sospecha mononucleosis.
El virus de Epstein-Barr se contagia fundamentalmente a través de la saliva, por contacto directo. Pero también puede aparecer en el organismo como consecuencia de una transfusión de sangre, por compartir alimentos, bebidas, vasos o cubiertos contaminados, por la tos, por un trasplante de órgano y por contacto sexual. Hay que aclarar que, aunque el virus de Epstein-Barr es un tipo de virus herpes, es distinto al virus del herpes simple, que es el responsable del herpes genital y sí se transmite por vía sexual.
Saber cuánto dura la mononucleosis no es fácil, ya que esta infección presenta un periodo de incubación amplio, que oscila entre los 10 y los 50 días, durante los cuales el paciente está sin síntomas. Después de este periodo, presentará síntomas como dolor de cabeza, dolor muscular y abdominal de 7 a 14 días. En ocasiones, puede aparecer fiebre alta.
El diagnóstico de mononucleosis se establece analizando los síntomas que hemos mencionado anteriormente. Un análisis de sangre permitirá comprobar si hay un aumento de leucocitos y transaminasas.
El tratamiento de la mononucleosis se centra en aliviar los síntomas con antitérmicos y antiinflamatorios. En algunos casos puede ser útil el uso de glucocorticoides. En los casos en los que la fatiga sea persistente y el estado general no mejore, se recomienda acudir al médico para que valore la situación.
No existe una vacuna frente al virus de Epstein-Barr, pero hay una serie de medidas que puedes seguir para evitar su contagio. La higiene es la más importante, a la que debe seguir no compartir alimentos, bebidas, cubiertos y todos aquellos elementos que puedan contener saliva.
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