Nuestro cerebro es una de las partes más importantes del cuerpo y por ello tenemos que ocuparnos de él de manera óptima. Gracias al cerebro tenemos la capacidad de pensar, sentir, tomar decisiones y recordar. Es en esta última acción en la que muchas personas sienten que su cerebro empieza a fallar, en los recuerdos, es decir, en la memoria. Gracias a ella conservamos los conocimientos que nos ayudan a desenvolvernos de manera correcta por el mundo.
El cerebro tiene una gran capacidad de cambio y adaptación, pudiendo cambiar en función de nuestras experiencias y actividades cotidianas. De esta forma, puede mejorar, si lo estimulamos correctamente, por lo que es posible potenciar y proteger la memoria entrenando nuestro cerebro con una serie de hábitos y ejercicios.
Sé una persona activa. Evita la pasividad y el sedentarismo y realiza actividades que te hagan sentir útil y feliz.
Haz planes y no dejes de aprender. Muestra inquietudes y ganas de aprender. La inmersión en actividades de ocio que supongan un esfuerzo son beneficiosas para la mente. El aprendizaje promueve la salud mental. Mantener la mente activa y aprender cosas nuevas a lo largo de la vida mantiene el cerebro sano.
Cultiva tus relaciones sociales. Relacionarse con las personas es crucial, “obliga” a mantenernos activos, a utilizar el lenguaje y a poner en marcha nuestra cabeza.
Lee. Leer es uno de los mejores alimentos para nuestro cerebro, y más concretamente para nuestra memoria. Gracias a la lectura podemos vivir experiencias nuevas y exóticas en nuestra imaginación, a su vez, trabajar nuestra velocidad de procesamiento, atención, lenguaje y pensamiento abstracto.
Escucha música. Escuchar música es una excelente actividad para estimular nuestro cerebro. Acostumbra a escuchar música cuando estés en casa, cocinando, en el coche, en el trabajo, cuando haces ejercicio, etc. Y si te atreves, aprende a tocar un instrumento. Puede ser un reto muy interesante para poner en marcha y trabajar de forma específica la memoria procedimental, además de nuestra memoria explícita.
Realiza actividad física. Según muchos estudios, hacer ejercicio y disfrutar de él potencia la creación de nuevas neuronas, mejora el aprendizaje y el rendimiento cognitivo y potencia la plasticidad cerebral. El ejercicio aeróbico y de cierta intensidad se encuentra más relacionado con estos beneficios. Anímate a caminar, correr, nadar, hacer ciclismo…
Pasa tu tiempo con algún “pasatiempo”. Resuelve crucigramas, autodefinidos o sopas de letras que te ayudarán a activar el manejo del lenguaje, o los sudokus que potenciarán tus capacidades matemáticas. Los juegos en los que tienes que encontrar diferencias te ayudarán a trabajar la atención visual y los jeroglíficos impulsarán el pensamiento lógico.
Pon en orden tus recuerdos. Las cosas que nos han sucedido, sobre todo las que recordamos con agrado, merecen ser traídas al presente y te ayudarán a trabajar la memoria. Ordena, de vez en cuando, los álbumes de fotos y procura recordar dónde y cuándo se hicieron esas fotos. Proponte también, recordar el nombre de las personas que aparezcan en las fotos o los sitios dónde fueron tomadas. Asimismo, es muy beneficioso ordenar papeles o cartas que guardas desde hace años.
Inventa cuentos o historias. Haz uso de tu imaginación e inventa historias que luego puedes escribir e incluso leer a algún amigo o a los niños de la familia. Quizá al principio te sientas un poco torpe, pero ya verás como poco a poco le vas cogiendo el gustillo y lo pasas muy bien.
Duerme lo necesario. Una adecuada calidad e higiene del sueño, es fundamental para el buen funcionamiento de cognitivo y para nuestro bienestar en general. Durante las diferentes fases del sueño, se consolidan nuestros recuerdos, y se sabe que el sueño es un proceso activo, que se encuentra muy relacionado con el aprendizaje.
Cuida tu alimentación. Aprende a alimentar adecuadamente a tu cerebro para que este se mantenga sano y funcional. Nuestra actividad cerebral, y nuestras capacidades cognitivas se ven condicionadas por nuestros hábitos alimenticios. Por supuesto comer bien no es suficiente para tener un cerebro sano y una buena memoria, pero es un buen principio.
Para finalizar, te recordamos que existen suplementos o complementos alimenticios que ayudan a mejorar la memoria. En este punto, confía en tu farmacéutico y acude a la farmacia donde te podrán asesorar sobre los productos disponibles para reforzar la memoria.
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