Francia prohibirá los cigarrillos electrónicos o vapeadores

Los cigarrillos electrónicos o vapeadores vuelven a estar en el punto de mira de las autoridades sanitarias europeas tras el anuncio de la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, realizado en la emisora de radio RTL, de que el país galo tiene previsto prohibir el uso de estos dispositivos dentro del Plan Nacional de Lucha Contra el Tabaquismo. 

Y es que cada vez parece haber más evidencia de los efectos nocivos de los cigarrillos electrónicos o vapeadores, que se publicitan bien como una ayuda para que los fumadores de tabaco convencional abandonen los cigarrillos o como una forma menos lesiva de fumar, lo cual atrae a los más jóvenes. 

Según el Documento de Consenso sobre Dispositivos Susceptibles de Liberar Nicotina, elaborado por el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), se ha observado que los productos de última generación están dirigidos específicamente a una población más joven que no está interesada en fumar cigarrillos convencionales, pero que busca experimentar algo nuevo y tiene una baja percepción del riesgo. De ahí que, insisten, sea necesario poner en marcha campañas preventivas destinadas a este grupo de población. 

¿Por qué los cigarrillos electrónicos o vapeadores son perjudiciales para la salud?

Los cigarrillos electrónicos o vapeadores, también conocidos como dispositivos susceptibles de liberar nicotina (DSLN), son pequeños aparatos en los que se introduce un cartucho con distintos tipos de soluciones, que pueden o no incluir nicotina. 

La solución del cartucho se calienta mediante un sistema electrónico que la convierte en aerosol y el usuario la inhala tal y como lo haría si estuviera fumando un cigarrillo convencional. 

El aerosol de los cigarrillos electrónicos o vapeadores puede contener una gran variedad de sustancias químicas, como nicotina, propilenglicol, glicerina vegetal, polietilenglicol, agua y sabores artificiales. De hecho, existen más de 15.500 sabores diferentes disponibles para estos dispositivos, como vainilla, tabaco, mentol, chocolate o canela. 

Como consecuencia del calentamiento, el aerosol que se inhala puede contener sustancias tóxicas, compuestos carcinógenos y metales pesados, como níquel, cromo y plomo, en niveles comparables a los hallados en los cigarrillos convencionales.

Además, el hecho de que la solución pueda contener nicotina los hace poco recomendables para intentar dejar de fumar, ya que resultan igualmente adictivos, no ayudan a abandonar el hábito ni previenen las recaídas. 

Tal y como destaca el CNPT, numerosos estudios han relacionado los cigarrillos electrónicos o vapeadores con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades oncológicas, cardiovasculares y respiratorias, siendo el síndrome EVALI el más destacado. 

¿En qué consiste el síndrome EVALI?

El síndrome EVALI (E-cigarette or Vaping product use Associated Lung Injury, por sus siglas en inglés) es una enfermedad pulmonar aguda que se asocia con el uso de cigarrillos electrónicos o productos de vapeo. Se describió por primera vez en Estados Unidos en 2019 y principios de 2020, cuando se detectaron varios casos de personas que presentaban síntomas respiratorios graves después de utilizar cigarrillos electrónicos o vapeadores.

Los síntomas comunes del síndrome EVALI incluyen dificultad para respirar, tos, dolor en el pecho, fiebre, fatiga y otros síntomas respiratorios agudos. En algunos casos, esta enfermedad puede ser potencialmente mortal.

El aerosol de los cigarrillos electrónicos o vapeadores contiene sustancias químicas que pueden ser perjudiciales para la salud.

¿Qué dice la normativa sobre los cigarrillos electrónicos o vapeadores?

En febrero de 2014, el Parlamento Europeo aprobó la Directiva 2014/40/UE, que actualizó la regulación anterior de 2001 sobre líquidos y vaporizadores. 

Desde su entrada en vigor en mayo de 2016, prohíbe la compra y venta a menores de 18 años, limita el contenido de nicotina y saborizantes. También restringe la publicidad en algunos medios y delega la regulación en espacios públicos a los estados miembros, priorizando la salud pública.

En julio de 2013 la Organización Mundial de la Salud publicó unas recomendaciones en las que desaconsejaba el uso de cigarrillos electrónicos o vapeadores.

En España, se han establecido restricciones adicionales, como la venta a distancia de dispositivos y envases de recarga. Los líquidos no pueden contener más de 20 mg/ml de nicotina, y los cartuchos y depósitos recargables están limitados a 2 ml. Asimismo, se prohíben ciertos aditivos que sugieren beneficios para la salud y el uso de cigarrillos electrónicos o vapeadores en lugares públicos.

Por otra parte, en 2018 el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud elaboró un documento recomendando a la población que no use cigarrillos electrónicos o vapeadores, y en 2019 el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social publicó un informe técnico y una nota informativa alertando de sus efectos nocivos. 

Aun así, el CNPT insiste en la necesidad urgente de establecer una regulación más estricta que ponga coto a un producto que cada vez tiene más popularidad, sobre todo entre la población más joven ya que, tal y como indica, puede ser la puerta de entrada al tabaquismo y al consumo de otras sustancias. La próxima prohibición de estos dispositivos en Francia podría dar un nuevo impulso para su control.

¿Qué dice la normativa sobre los cigarrillos electrónicos o vapeadores?

En febrero de 2014, el Parlamento Europeo aprobó la Directiva 2014/40/UE, que actualizó la regulación anterior de 2001 sobre líquidos y vaporizadores. 

Desde su entrada en vigor en mayo de 2016, prohíbe la compra y venta a menores de 18 años, limita el contenido de nicotina y saborizantes. También restringe la publicidad en algunos medios y delega la regulación en espacios públicos a los estados miembros, priorizando la salud pública.

En julio de 2013 la Organización Mundial de la Salud publicó unas recomendaciones en las que desaconsejaba el uso de cigarrillos electrónicos o vapeadores.

En España, se han establecido restricciones adicionales, como la venta a distancia de dispositivos y envases de recarga. Los líquidos no pueden contener más de 20 mg/ml de nicotina, y los cartuchos y depósitos recargables están limitados a 2 ml. Asimismo, se prohíben ciertos aditivos que sugieren beneficios para la salud y el uso de cigarrillos electrónicos o vapeadores en lugares públicos.

Por otra parte, en 2018 el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud elaboró un documento recomendando a la población que no use cigarrillos electrónicos o vapeadores, y en 2019 el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social publicó un informe técnico y una nota informativa alertando de sus efectos nocivos. 

Aun así, el CNPT insiste en la necesidad urgente de establecer una regulación más estricta que ponga coto a un producto que cada vez tiene más popularidad, sobre todo entre la población más joven ya que, tal y como indica, puede ser la puerta de entrada al tabaquismo y al consumo de otras sustancias. La próxima prohibición de estos dispositivos en Francia podría dar un nuevo impulso para su control