Fitoterapia como solución para las piernas cansadas

La fitoterapia es la ciencia que estudia la utilización de los productos de origen vegetal con finalidad terapéutica, ya sea para prevenir, para atenuar o para curar un estado patológico.​

Según la Organización Mundial de la Salud, una planta medicinal es aquella que, en uno o más de sus órganos, contiene sustancias que pueden ser utilizadas con fines terapéuticos, preventivos o que son precursores para la semisíntesis químico-farmacéutica.​

Las plantas con propiedades medicinales son aprovechadas en diferentes formas y se utilizan partes y estructuras vegetativas, dependiendo del tipo de planta. Pueden ser hojas, flores, frutos, cortezas, exudados o raíces.​

Se emplean por lo tanto para tratar diferentes afecciones. Pueden usarse en infusiones, ungüentos, cremas, comprimidos, cápsulas u otros formatos.​

En general, las plantas medicinales se consideran una opción de tratamiento natural y suave, lo cual no quiere decir que estén exentas de producir interacciones o estar contraindicadas en determinados casos.​

En lo que respecta al empleo de fitoterapia para el tratamiento de las piernas cansadas, a nivel farmacológico las distintas plantas útiles están formuladas con diferentes presentaciones que incluyen formas de uso tópico (cremas, pomadas, geles, sprays…) y de uso oral (fundamentalmente comprimidos, gotas…). 

Con relación a las piernas cansadas, son una afectación que tiene que ver con la circulación sanguínea a través de nuestras venas, lo que técnicamente se conoce como retorno venoso. Se manifiesta con una sensación de pesadez en las piernas. Es muy común en verano, lo que se explica fácilmente.​

Y es que el calor tiende a que las venas se dilaten, lo que dificulta la vuelta de la sangre al corazón, ya que este recorrido va en contra de la fuerza de la gravedad. De este modo, dicha sangre tiende a acumularse en la parte baja de las piernas. Además de las altas temperaturas propias de los meses veraniegos, existen una serie de factores que nos predisponen a su aparición. Entre ellos se incluyen los siguientes:​

• Cuestiones hormonales o relativas al embarazo.
• La obesidad.
• El estreñimiento.
• La genética, provocando que haya personas con una mayor propensión.
• El empleo de ropa muy ajustada que dificulta la circulación de la sangre.
• Permanecer bastante tiempo de pie, o incluso sentado, sin moverse.
• El alcohol y el tabaco.
• Ciertos medicamentos, entre los que se incluyen algunos anticonceptivos orales. ​

Las piernas cansadas normalmente se manifiestan con cansancio (valga la redundancia), pesadez e hinchazón, edemas, calambres, picor y a veces sensación de adormecimiento, que tiende a ser más común por la noche.​

Para su tratamiento podemos recurrir a diferentes plantas medicinales; entre las más usadas se incluyen:​

• Ginkgo biloba, (con acción venotónica que incrementa el tono de las paredes venosas, reforzando su motricidad y facilitando el retorno).
• Castaño de indias, utilizado por su acción antiinflamatoria y antiedematosa.
• Hamamelis virginiana, la cual actúa favoreciendo la actividad venotónica
• Vid roja, (acción vasoprotectora, estabiliza las paredes vasculares, disminuyendo la permeabilidad y el edema asociado) ​

Además de la fitoterapia, contamos con otras opciones de tratamiento que incluyen:​

1. Medias de compresión.
2. Hidroterapia (duchas y masajes en los que se alternan el agua fría y el agua caliente).
3. Medicamentos específicos.
4. Cirugía, planteada siempre como última opción.​

Las diferentes plantas medicinales, las medias de compresión, así como los fármacos específicos, pueden conseguirse en cualquier farmacia.