Esclerosis múltiple: qué dicen los últimos estudios

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad inflamatoria y autoinmune que aparece cuando se daña o destruye la mielina que recubre las fibras nerviosas. Según los últimos datos de la Sociedad Española de Neurología, en España hay unas 55.000 personas con esclerosis múltiple. 

Dependiendo de dónde esté localizado el daño de la mielina, aparecen unos determinados síntomas, que pueden ir desde problemas de equilibrio hasta pérdida de visión, pasando por pérdida de fuerza en las extremidades. 

Síntomas de la esclerosis múltiple

Los síntomas de la esclerosis múltiple más frecuentes incluyen:

• Fatiga o cansancio. 
• Deterioro intelectual.
• Temblores.
• Espasmo hemifacial, es decir, en la mitad de la cara. 
• Distonías.

Tipos de esclerosis múltiple

Existen cuatro tipos principales de esclerosis múltiple. Son los siguientes:

• Síndrome clínico aislado. Es el primer episodio de los síntomas neurológicos causados por la inflamación y la desmielinización. Una vez ocurrido, el paciente se suele recuperar completa o parcialmente. 


• Esclerosis múltiple remitente recurrente. Es el tipo más común y lo sufre el 85 % de las personas con la enfermedad. No se puede saber cuándo aparecerán los brotes ni los síntomas que generarán. Entre un brote y otro no suele haber progresión de la enfermedad. 


• Esclerosis múltiple secundaria progresiva. Entre un 50 % y un 70 % de las personas con esclerosis múltiple remitente recurrente tendrán esta modalidad. Aquí sí que progresa la enfermedad de forma continua, y casi no hay remisiones ni estabilidad. 


• Esclerosis múltiple primaria progresiva. En este grupo se enmarcan entre el 10 % y el 15 % de los diagnósticos de esclerosis múltiple. A pesar de que los pacientes no experimentan recaídas, su discapacidad va empeorando gradualmente desde el inicio de la enfermedad.

Tratamiento de la esclerosis múltiple

No hay un tratamiento curativo para la esclerosis múltiple. Los que hay disponibles se centran en controlar los brotes y los síntomas para evitar las secuelas, en la medida de lo posible, y modificar la enfermedad. 

Entre estos últimos, hay disponibles varios fármacos cuyo fin es reducir el número de brotes y de lesiones, de manera que se pueda retrasar la discapacidad asociada a la esclerosis múltiple. Es el neurólogo quien debe prescribir estos fármacos y lo hará en función de las características individuales del paciente, porque cada persona con esclerosis múltiple evoluciona de manera diferente. 

Para el tratamiento de los brotes se emplean corticoides. Al no estar exentos de efectos adversos, es importante utilizarlos solo cuando lo indique el neurólogo. 

En cuanto al manejo de los síntomas, también se dispone de un amplio abanico de posibilidades según dónde estén localizados, su intensidad y la incapacidad que produzcan. 

Además de estos tratamientos, las personas con esclerosis múltiple se benefician enormemente del tratamiento rehabilitador.

Los tratamientos de la esclerosis múltiple se centran en controlar los brotes y los síntomas, así como en modificar el curso de la enfermedad.

Novedades en esclerosis múltiple

Las investigaciones en torno a la esclerosis múltiple se centran en distintos aspectos de la enfermedad, como conocer sus causas, el origen, los factores que predisponen a padecerla, los factores de riesgo…

Un trabajo publicado en Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry señala que la falta de sueño y una mala calidad del mismo en la adolescencia puede elevar el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple. Estas conclusiones se basan en que el sueño reparador en esta etapa de la vida es clave para que el sistema inmunitario funcione correctamente, lo que reduce el riesgo de desarrollar esta enfermedad neurológica. 

Otro de los últimos estudios, publicado en la revista científica Genome Medicine, versa sobre la microbiota de los pacientes con esclerosis múltiple. Parece ser que las bacterias intestinales de estos pacientes son distintas de las de las personas sin la enfermedad. Es más, varían en función de la actividad de la esclerosis múltiple y de los tratamientos que reciba el paciente, lo que podría estar relacionado con el proceso de inflamación.

Posible relación entre esclerosis múltiple y virus Epstein-Barr

El año pasado la revista Science publicó un estudio que sostenía la hipótesis de que la esclerosis múltiple puede estar causada por el virus Epstein-Barr. Para verificarla, se analizaron los datos de más de 10 millones de adultos jóvenes que se encontraban en servicio activo en el ejército de Estados Unidos, de los cuales 955 recibieron el diagnóstico de esclerosis múltiple mientras estaban prestando servicio a su país. Se observó que el riesgo de esclerosis múltiple aumentó unas 32 veces después de haber tenido la infección por virus Epstein-Barr, pero no se elevó con otras infecciones producidas por virus similares, como puede ser el citomegalovirus, que se transmite de forma parecida. 

En dicho trabajo también se puso de manifiesto que los niveles séricos de la cadena ligera de neurofilamento, un biomarcador de degeneración neuroaxonal, aumentaron después de la seroconversión del virus Epstein-Barr. Los autores del estudio, pertenecientes a los Institutos de Salud de Estados Unidos, señalan que estos hallazgos no pueden explicarse por ningún factor de riesgo conocido de la esclerosis múltiple y sugieren que el virus Epstein-Barr puede ser la principal causa de dicha patología neurológica.