La llegada de la Navidad trae consigo una mezcla única de emociones, actividades y, a menudo, un cambio en nuestros hábitos cotidianos, incluido el patrón de sueño.
Las festividades, las reuniones sociales y las comidas hacen que sea todo un desafío dormir bien en Navidad. Sin embargo, un sueño reparador es fundamental para disfrutar plenamente de las celebraciones y mantener la salud general.
Pero no solo las copiosas comidas y cenas pueden pasar factura a la cantidad y calidad del sueño, sino también el hecho de trasnochar, abandonar las rutinas a la hora de acostarse y el estrés propio de estas fechas, en las que tenemos un exceso de reuniones, obligaciones laborales y compromisos sociales. Si ya teníamos problemas para conciliar el sueño, estos pueden acrecentarse aún más.
Las comidas y cenas navideñas se caracterizan por ser abundantes y poco equilibradas, aportando una ingente cantidad de calorías que no estamos acostumbrados a tomar. En la medida de lo posible, en cada celebración se deben escoger los platos más saludables y, si no es posible, compensar la ingesta con comidas y cenas ligeras el resto de los días.
También es importante mantener un buen nivel de hidratación y elegir alimentos que ayudan a dormir bien, como los huevos, plátanos, queso, pollo, pavo o salmón, que aumentan los niveles de triptófano en la sangre. Este aminoácido interviene en la producción de serotonina y melatonina, que son dos neurotransmisores que nos proporcionan bienestar y nos ayudan a tener un sueño reparador.
Entre los alimentos que es conveniente evitar destacan los ricos en grasas y picantes porque pueden causar acidez y dificultar el sueño; y la cafeína, el chocolate negro y las bebidas energéticas, que actúan como estimulantes y mantienen el estado de alerta.
Además, es fundamental limitar el consumo de alcohol, en la medida de lo posible, ya que, si bien puede inducir el sueño rápidamente, también causa un sueño fragmentado y despertares nocturnos que pueden convertir las noches en auténticas pesadillas.
Para dormir bien, la Asociación Española de Enfermos del Sueño (ASENARCO) ha recopilado algunas recomendaciones que puedes poner en práctica en Navidad:
Los motivos de estrés se acrecientan en la época navideña: conciliar la agenda familiar, laboral y social; la obligación de interactuar con personas con las que no siempre estamos a gusto; gastos económicos que impactan en la economía familiar; la pérdida de algún ser querido…
Para reducir el estrés en Navidad, podemos poner en marcha algunas estrategias, como la práctica de meditación, yoga o estiramientos, que además de aportarnos bienestar físico y emocional, nos pueden ayudar a mejorar el sueño.
Entre las técnicas que disminuyen la tensión acumulada a la hora de acostarse, la ASENARCO destaca la relajación muscular progresiva, la autorrelajación y el entrenamiento en respiración. Asimismo, recomienda practicar estas técnicas fuera de la cama y durante el día hasta que se controlen bien.
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