El 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, una jornada destinada a concienciar a la población general sobre la importancia de mantener sano y fuerte este músculo.
Según la Fundación Española del Corazón, el 80 % de las muertes prematuras por enfermedad cardiovascular se pueden prevenir con cambios en el estilo de vida: alimentación, ejercicio y control del estrés. De esos cambios también se beneficia la diabetes mellitus tipo 2, considerada uno de los principales factores de riesgo cardiovascular.
La relación entre la diabetes y la enfermedad cardiovascular se basa en los daños producidos en los vasos sanguíneos como consecuencia de la hiperglucemia, que es cuando los niveles de glucosa en sangre son elevados. Esa glucosa alta en sangre se debe a que las personas con diabetes tienen problemas para que su páncreas fabrique insulina, la hormona que se encarga de regular los niveles de glucosa en sangre.
Las personas con diabetes que no tienen bien controlada su enfermedad son más propensas a padecer complicaciones microvasculares (en pequeños vasos) o macrovasculares (en vasos más grandes).
Entre las primeras se encuentran la retinopatía, la nefropatía y la neuropatía, mientras que entre las segundas están la enfermedad coronaria y la arteriopatía periférica.
La American Heart Association considera que la diabetes es uno de los siete factores de riesgo cardiovasculares controlables. Esto es especialmente importante si se tiene en cuenta que las personas con diabetes tipo 2 duplican el riesgo de tener una enfermedad cardiovascular, un infarto de miocardio, un ictus o una insuficiencia cardiaca, y de morir debido a estas patologías.
El riesgo de sufrir un evento cardiovascular de una persona con diabetes se iguala al de una persona que no tiene diabetes y que haya tenido un infarto de miocardio.
La inflamación parece estar detrás del efecto perjudicial de la diabetes en la salud cardiovascular.
La inflamación está presente en las personas obesas, las que tienen síndrome metabólico y diabetes, y es el nexo de unión de estas patologías. Diversas teorías sugieren que existe una interacción entre el sistema metabólico y el inmunitario-inflamatorio, lo que explicaría que estos trastornos no son diferentes sino manifestaciones del mismo.
Esta inflamación se relaciona a su vez con la aterosclerosis, que consiste en el estrechamiento de las paredes de las arterias y hace que la sangre no pase por ellas con la misma fluidez. A su vez, esta enfermedad aumenta el riesgo de cardiopatía isquémica, que da lugar a un infarto o a una angina de pecho.
Hay tres tipos de diabetes:
Si el páncreas no libera insulina, hay un aumento de los niveles de glucosa en sangre que son perjudiciales para el organismo. Por eso, las personas con diabetes tipo 1 necesitan inyectarse insulina para controlar su enfermedad.
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