Diabetes y mala salud bucodental están íntimamente relacionadas

Simplemente por el hecho de sufrir diabetes tipo 1 o tipo 2, una persona tiene hasta tres veces más riesgo de padecer periodontitis y de que esta enfermedad periodontal progrese de manera más rápida. La periodontitis es una patología inflamatoria crónica de origen infeccioso que afecta a la encía y al resto de tejidos de soporte del diente, pudiendo causar la pérdida de piezas dentales.

En los diabéticos mal controlados, los altos niveles de glucosa abonan el terreno al crecimiento bacteriano, contribuyendo así a la aparición de enfermedades periodontales.

Es más, la diabetes hace que la sangre circule más lentamente por los vasos sanguíneos, disminuyendo el transporte de oxígeno y la retirada de productos de desecho y elevando el riesgo de infección gingival (de las encías). 

A su vez, la periodontitis dificulta el control de la glucemia en personas con diabetes, al alterar la resistencia a la insulina. Por añadidura, la periodontitis aumenta el riesgo de sufrir estas otras complicaciones asociadas a la diabetes: retinopatía, nefropatía, alteraciones neurológicas, enfermedades cardiovasculares, etcétera.

La periodontitis eleva el riesgo de otras complicaciones asociadas a diabetes, como la enfermedad cardiovascular

Pero no solo eso, sino que una persona con periodontitis moderada o avanzada tiene un mayor riesgo de sufrir hiperglucemia y de desarrollar diabetes tipo 2 a lo largo del tiempo.  

Cómo mejorar la higiene y salud bucodental

Las enfermedades de las encías, al igual que la diabetes, son crónicas y requieren mantenimiento a lo largo de toda la vida. Por ello, es necesario limpiar los dientes y las encías de manera adecuada cada día, y acudir a las revisiones con los profesionales de Odontología recomendadas.

Una higiene bucodental adecuada consiste en el cepillado de los dientes durante al menos dos minutos y como mínimo dos veces al día. Además, es recomendable el uso de seda dental o cepillos interdentales y la renovación del cepillo cada tres meses.

Respecto a las revisiones, todas las personas con diabetes tipo 1 y tipo 2 deben acudir a exámenes periodontales periódicos, como parte del cuidado de su diabetes. Incluso si no se ha detectado periodontitis inicialmente, es recomendable un examen periodontal anual, puesto que puede progresar sin dolor y sin síntomas evidentes, especialmente en los fumadores. Aunque estos pacientes tengan inflamación de las encías, es posible que no le sangren porque el tabaco altera la vascularización de la encía.

En los niños y adolescentes diagnosticados con diabetes, se aconseja un examen bucodental anual a partir de los 6 o 7 años.

En los casos en los que se manifiesten signos de enfermedad periodontal, es necesario consultar con un dentista. Entre estos síntomas se encuentran los siguientes: 

• Encías enrojecidas, con sangrado o inflamación.
   
• Abscesos periodontales (pus en las encías).
   
• Mal aliento o halitosis.
   
• Mal sabor de boca.
   
• Sensación de dientes más altos. 
   
• Espacios cada vez mayores entre los dientes. 
   
• Cálculo dental (sarro) en los dientes.
   
• Movilidad dental debido a la pérdida ósea progresiva.
   
• Eventualmente, si no se trata, se producirá la pérdida de dichos dientes.

Tanto para la salud periodontal como para el control de la diabetes, es fundamental llevar un estilo de vida saludable basado en:

• Seguir una alimentación equilibrada.
• Descansar lo suficiente.
• Practicar ejercicio físico.
• No fumar.

Por último, las personas con diabetes deberían saber que, además de los periodontales, también pueden sufrir otros problemas bucodentales, como boca seca (xerostomía) y boca ardiente. Con respecto a los que no tienen diabetes, su riesgo de infecciones bucales por hongos es mayor y se enfrentan a una peor curación de las heridas.