El tabaquismo es una de las principales causas de mortalidad en el primer mundo, su abandono es clave para alcanzar una adecuada calidad de vida. ¿Qué pasos podemos seguir a fin de acabar con éste hábito?¿Cómo logramos evitar las posibles recaídas?
El tabaco, según la Organización Mundial de la Salud, es la primera causa de muerte evitable en los países industrializados. Se dice que en el mundo anualmente mueren 6 millones de personas por causa del tabaco.
Sus efectos nos generan numerosas enfermedades, desde el aumento de cánceres (pulmón, estómago, esófago, etc.), pasando por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (técnicamente conocida como EPOC), así como enfermedades cardiovasculares diversas (afectación del corazón, circulación sanguínea a nivel cerebral y resto del organismo…).
Ahora bien, ¿quién es un fumador?.
Según lo que nos dice la OMS, un fumador es todo individuo que fume a diario durante el último mes, al menos un cigarrillo.
No podemos olvidar a los denominados fumadores pasivos, que son aquellas personas no fumadoras que están expuestas al humo del tabaco. Convivir con un fumador aumenta el riesgo de cáncer de pulmón en un 30% para el no fumador, y el de muerte de origen cardíaco en un 25%.
El tabaquismo debemos considerarlo como un problema adictivo, una drogodependencia, siendo la principal sustancia causante de adicción la nicotina.
La adicción al tabaco podemos justificarla en base a 2 importantes factores:
- la adicción física que produce la nicotina, cuyos niveles en sangre van descendiendo transcurrida entre media y una hora, momento en que se empieza a producir una sensación de malestar en el organismo que desaparece cuando se vuelve a fumar
- el hábito de comportamiento, ya que en muchas ocasiones fumamos sin saber por qué, lo cierto es que el tabaco ofrece una sensación de relajación y placer
La idea clave es que podemos dejar de fumar. Implica un esfuerzo, una motivación y un compromiso, pero los beneficios que obtendremos superarán con creces las expectativas.
Beneficios
El abandono del tabaco, es la mejor decisión que podemos tomar. Sus beneficios empiezan a notarse desde el mismo día en que se decide dejarlo y persisten bastantes años después.
Tales beneficios incluyen:
- El aspecto mejorará notablemente, la piel estará más luminosa.
- Los dientes y el aliento también mejoran, lo cual puede conseguirse utilizando dentífricos especialmente diseñados para blanquear los dientes que pueden adquirirse en la farmacia; estos productos nos ayudan a blanquear los dientes amarilleados por el tabaco y tener un aliento más fresco.
- Mejora el gusto y el olfato: la comida tiene mejor sabor.
- La tensión arterial y el pulso se pueden recuperar a los 20 minutos del último cigarrillo.
- Los niveles de nicotina se reducen a la mitad tras 8 horas sin fumar.
- Mejora la respiración y disminuye el riesgo de problemas cardiovasculares entre 24 y 72 horas después del último cigarrillo.
- Mejora la circulación y la función pulmonar, entre 1 y 3 meses después de dejar de fumar.
- Disminuye la fatiga y aumenta la sensación de bienestar entre 1 y 9 meses después.
- Entre 5 y 10 años después de dejar de fumar, el riesgo de morir por enfermedades cardíacas o cáncer de pulmón se iguala al de los no fumadores.
Fases en el proceso de abandono del tabaco
Para dejar de fumar necesitamos contar con 3 factores:
- Una actitud positiva, teniendo presente el objetivo final y sus beneficios.
- Una decisión sólida, esforzarse por querer conseguirlo.
- Un planteamiento robusto de los pasos a seguir, sin prisas, pidiendo ayuda a un profesional.
En líneas generales, en el proceso de abandono del tabaco podemos distinguir varias fases, que citamos a continuación:
- Precontemplación: la persona no quiere dejar de fumar, ni siquiera se lo plantea; es un individuo para el cual los pros de seguir fumando superan claramente los beneficios de dejarlo.
- Contemplación: la persona ha intentado dejar de fumar en otras ocasiones, pero no lo ha conseguido; cada intento le ha supuesto una cantidad enorme de problemas psíquicos y físicos. Se plantea de la idea de hacer un nuevo intento en cuestión de meses.
- Preparación: la persona está dispuesta a hacer un serio intento para dejar de fumar; es capaz de elegir el día para abandonar este hábito en el transcurso del próximo mes.
- Acción: la persona ha comenzado a dejar de fumar y lleva sin hacerlo menos de 6 meses.
- Mantenimiento: la persona lleva ya sin fumar un período de tiempo superior a los 6 meses.
Durante las fases de acción y mantenimiento siempre está presente la sombra de la recaída, siendo el síndrome de abstinencia el mayor problema al que ha de enfrentarse quién decide dejar de fumar.
Preparación del día de comenzar el proceso de deshabituación
Antes de que llegue el día en el que hemos decidido dejar de fumar, conviene preparar cuidadosamente dicho día.
A continuación haremos una lista de recomendaciones que hemos de tener en cuenta durante este período de preparación:
- Hacer una lista de los motivos para dejar de fumar y dejarla a la vista; es posible que a veces, en momentos de baja moral sea necesario releerlos para coger fuerzas y continuar.
- Eliminar del entorno las cosas que provocan necesidad de fumar. Deben desaparecer de la vista mecheros, cigarrillos, ceniceros y debemos crear un ambiente fresco y agradable. Es aconsejable ventilar adecuadamente las estancias para evitar el olor a tabaco.
- Planificar el día (día “D”) para tenerlo lo más ocupado posible, evitando aquellas situaciones que puedan provocar el deseo de fumar.
- Buscar y anotar en el calendario el día que se haya decidido dejar de fumar.
Cómo actuar el día elegido para comenzar a dejar el tabaquismo
Finalmente hemos llegado a esa fecha decisiva en la que iniciaremos nuestro proceso de abandono del tabaco.
Las pautas que no debemos olvidar son las siguientes:
- Levantarse y decir en alto Hoy no voy a fumar, pensar en objetivos diarios, no a largo plazo.
- Comenzar el día haciendo un poco de ejercicio físico (caminar, pasear, correr, etc.), lo cual disminuye el nerviosismo y mejora la respiración.
- Darse una ducha relajante con agua caliente.
- Desayunar frutas, evitando a lo largo del día los cafés y bebidas excitantes que producen nerviosismo.
- Ante la necesidad de fumar: beber agua, zumos, infusiones, masticar chicles o caramelos sin azúcar.
- Los primeros días, aparecerá un deseo muy fuerte de fumar. Mantenerse firme y relajado.
- Felicitarse a diario por los logros obtenidos y por los beneficios que se van a conseguir.
- Introducir el dinero que diariamente se hubiese gastado en tabaco en una hucha, para gastarlo en unas vacaciones, algo que se desee comprar o hacer, etc.; es sorprendente la cantidad de dinero que un fumador invierte en tabaco.
Cómo evitar las recaídas
Determinadas situaciones pueden hacernos sentir un fuerte deseo de volver a fumar. Cada persona debe valorar su capacidad de resistir y buscar métodos para evitarlo.
Las situaciones más frecuentes pueden ser:
- Situaciones estresantes como fallecimiento de un familiar, enfermedad, divorcios o dificultades en el trabajo.
- Eventos como bodas, fiestas, un partido, etc.
- Aburrimiento, ver la tele, etc.
- Entorno fumador. Habrá personas que nos ofrezcan cigarrillos de forma continua.
Medicamentos que ayudan a dejar de fumar
En las farmacias disponemos de una serie de fármacos que nos ayudan a lidiar con el síndrome de abstinencia.
Algunos de estos fármacos requieren receta médica, otros no.
Lo fundamental es saber que se puede contar con la ayuda de un profesional de la salud (médico, farmacéutico, enfermero) para acabar con el tabaquismo.