La gripe es un importante problema de salud pública debido a la mortalidad y a las complicaciones que causa en las personas que tienen un sistema inmune más debilitado o comprometido.
En esta temporada otoño-invierno, la gripe vuelve a coincidir con la pandemia por el COVID-19, lo que, sumado a la relajación de las medidas higiénicas, podría aumentar las complicaciones en los grupos de riesgo.
De hecho, existe un efecto sinérgico entre el virus de la gripe y el SARS-CoV-2 que multiplica por dos el riesgo de muerte en caso de coinfección. Por ello, es muy importante que todas las personas vulnerables reciban la vacuna frente a la gripe.
La campaña de vacunación 2022–2023 se iniciará entre la tercera semana del mes de octubre y la primera semana del mes de noviembre, y se prolongará durante varios meses para garantizar que todos los candidatos a la vacuna puedan recibirla.
La indicación de la vacuna incluye a las personas con un alto riesgo de sufrir complicaciones en el caso de tener gripe y puede consultarse en el documento de recomendaciones de vacunación frente a la gripe 2022-2023, aprobado por la Comisión de Salud Pública el 21 de julio de este año y actualizado el 22 de septiembre.
Según este documento, se recomienda la vacunación a cuatro grandes grupos:
Existen grupos de población específicos y minoritarios en los que, debido a sus peculiaridades, no está recomendada la vacunación. Entre estos grupos están los siguientes:
Las vacunas frente a la gripe están compuestas por tres o cuatro tipos de virus de la gripe (dos de tipo A y uno o dos de tipo B), que se seleccionan teniendo en cuenta la probabilidad que hay de que circulen en cada temporada epidémica. La Organización Mundial de la Salud es la encargada de hacer las estimaciones y en el mes de febrero de cada año publica la composición de la vacuna para su uso en el hemisferio norte.
La seguridad de la vacuna frente a la gripe viene avalada por un gran número de estudios y, en el mundo, se administran cientos de millones de dosis de vacuna frente a gripe. En ocasiones pueden aparecer molestias, como dolor en el lugar de la inyección, y reacciones como fiebre o dolores musculares entre las 6 y 12 horas tras la administración de la vacuna, y suelen durar de 1 a 2 días. En todo caso, estas reacciones son leves y desaparecen en pocos días.
La mayoría de las vacunas frente a la gripe se fabrican utilizando una tecnología basada en huevos, por lo que pueden contener trazas de proteínas de este alimento. Sin embargo, los estudios realizados hasta ahora han mostrado que las reacciones a la vacuna en personas alérgicas al huevo son muy poco probables. De ahí que la recomendación de las autoridades sanitarias sea la administración de la vacuna también a las personas con alergia por exposición al huevo.
Las personas en las que esté indicada la vacuna de la gripe y una dosis adicional o de recuerdo de la vacuna frente a la COVID-19 pueden recibirla de manera simultánea, si bien se administrará en sitios anatómicos diferentes.
Tener gripe durante el primer trimestre de embarazo eleva el riesgo de complicaciones cardiacas, labio leporino y defectos del tubo neural, mientras que en el segundo y tercer trimestre aumenta el riesgo de aborto y de parto prematuro.
La vacunación de las gestantes no solo las protege a ellas sino también al feto y al lactante en los primeros meses de vida. Por ello, se recomienda la vacunación de las embarazadas en cualquier trimestre de gestación. En cuanto al posible riesgo de morbimortalidad en este grupo, los estudios demuestran que es similar al de otros grupos de población.
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