En una oficina de farmacia, es común enfrentarse a dudas sobre la manipulación de medicamentos. Concretamente, la cuestión más frecuente es: si se pueden partir las pastillas. La población más necesitada de resolver esta incertidumbre son los pacientes mayores o con dificultades para tragar. Pero ¿es siempre seguro partir, abrir o triturar pastillas?
Como farmacéuticos, nos enfrentamos diariamente a múltiples desafíos, tanto en el mostrador como en la rebotica. Por un lado, recibimos consultas de pacientes con dificultades para tomar su medicación, especialmente aquellos que encuentran complicado tragar pastillas. Por otro, en la preparación de Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD) para residencias de ancianos, nos vemos obligados a manipular una amplia variedad de comprimidos. En ambos escenarios, surgen numerosas preguntas sobre cómo garantizar que la medicación se administra de manera segura y eficaz, sin comprometer su efectividad ni la salud del paciente.
Muchos medicamentos están diseñados con tecnologías específicas que garantizan una liberación controlada o una absorción adecuada en determinadas áreas del cuerpo. Alterar esta forma de administración puede comprometer su efectividad o, peor aún, provocar efectos secundarios.
En la práctica, esto lo vemos en medicamentos comunes como algunos antibióticos o ibuprofeno recubierto, que no deberían manipularse sin una recomendación médica específica.
La ranura en un comprimido indica que está diseñado para ser partido de forma fiable, asegurando una distribución equitativa del principio activo en cada mitad. Sin embargo, no todas las pastillas tienen esta marca. En la oficina de farmacia, es común que nos pidan partir comprimidos sin ranura, ya sea para ajustar la dosis o para facilitar su ingesta.
Siempre revisamos el prospecto o consultamos bases de datos confiables antes de proceder. Si no hay información clara, la recomendación es no partir el comprimido. Aunque en algunas ocasiones, por necesidades específicas, recurrimos a herramientas como cortadores o, en casos de dureza extrema, incluso a cuchillos. Confieso que partir una pastilla con cuchillo puede ser una tarea desafiante, y no es raro que alguna vez un comprimido termine por los aires.
Como regla general, nunca deberías manipular un medicamento sin consultar primero con un profesional. En la farmacia, nos aseguramos de revisar la información técnica antes de tomar cualquier decisión.
Cuando es posible evitar manipular un comprimido, siempre recomendamos a los pacientes que intenten tragarlo entero. A continuación, algunas técnicas que compartimos habitualmente:
Cuando es seguro y necesario manipular un medicamento, existen herramientas diseñadas específicamente para ello:
Si te preguntas cómo partir o triturar una pastilla de manera segura, este tipo de herramientas son una excelente opción, ya que no solo hacen el proceso más eficiente, sino que también minimizan la pérdida de medicamento. En nuestra farmacia, uno de los dispositivos que recomendamos es el Pastillero Cortador Triturador de Aposán, disponible en Welnia.
Para guardar los pedazos de pastilla partidos y evitar su contaminación o extravío, puedes utilizar un pastillero, una solución práctica y segura.
Aquí una guía rápida basada en nuestra experiencia en la farmacia.
Medicamentos que suelen permitir manipulación:
Medicamentos que no deben manipularse:
Siempre es mejor consultar listas específicas o preguntar directamente en la farmacia. Si trituras un medicamento que no deberías, podrías sufrir efectos secundarios graves o reducir la efectividad del tratamiento. Consulta siempre a tu farmacéutico antes de manipular medicamentos.
Si no se puede tragar una pastilla, en algunos casos, la alternativa es cambiar a presentaciones líquidas, solubles o incluso inyecciones.
Fuente:
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