La episiotomía es una incisión que realiza el ginecólogo durante el parto en la parte inferior del periné (la zona entre el ano y la vagina) para aumentar el espacio útil durante el expulsivo fetal, facilitar el nacimiento del bebé y evitar posibles complicaciones, como por ejemplo desgarros, que elevan el riesgo de hematomas e infecciones, o la distensión de los músculos del periné, que puede desencadenar el prolapso o descenso de los órganos genitales (la vejiga, el útero o el recto) e incontinencia urinaria.
Hasta hace unas décadas se pensaba que la episiotomía era necesaria en el parto vaginal para evitar desgarros perineales y complicaciones que podían poner en riesgo la vida de la madre y del bebé. También se había extendido la creencia de que la episiotomía curaba más fácilmente que los desgarros perineales y que ayudaba a preservar mejor los músculos y el tejido conectivo que da soporte al suelo pélvico.
Sin embargo, las investigaciones en torno a esta práctica han demostrado que la episiotomía rutinaria no ayuda a prevenir estas complicaciones. Por ello, y siguiendo las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad no se recomienda el uso ampliado o de rutina de la episiotomía en mujeres que presentan un parto vaginal espontáneo. La técnica tiene que utilizarse de manera individualizada cuando haya un claro beneficio.
Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), existen diversas indicaciones maternas y fetales para la episiotomía. En el caso de la mujer, estaría indicada en embarazadas que dan a luz por primera vez, con un periné poco elástico o muy resistente, muy musculoso, muy corto (<4-6 cm de distancia ano-pubiana), delgado y de musculatura atrófica o vagina poco elástica.
En el caso del feto, se haría la episiotomía cuando fuera necesaria la salida rápida del feto, en los partos en los que se debe utilizar instrumental para ayudar a extraerlo, en casos de prematuridad, macrosomía, distocia de hombros (dificultad en la salida espontánea de los hombros), presentación de nalgas o cefálicas en posición occipito-sacra (mirando hacia arriba) o deflexionada (cabeza extendida).
La incisión de la episiotomía afecta a distintas estructuras, como la piel, la mucosa vaginal, el tejido celular subcutáneo y los músculos bulbocavernoso y transverso del periné. Los tipos de episiotomía más empleados son:
La tasa de complicaciones de la episiotomía es muy baja y suele curarse en un periodo de 2-3 semanas. No obstante, tal y como recoge la SEGO, entre las complicaciones que pueden surgir están las siguientes:
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