El picor vaginal en el embarazo es, junto a las infecciones vaginales, una de las molestias más frecuentes durante esa etapa. Para aliviar y prevenir estos problemas es importante mantener una buena higiene íntima con productos específicamente formulados para proteger la zona genital.
Durante el embarazo, la flora vaginal cumple una función clave en la protección frente a infecciones. Los microorganismos que la componen ayudan a proteger la zona íntima creando un ambiente ácido que dificulta la proliferación de bacterias dañinas y otros patógenos.
Sin embargo, el embarazo implica cambios hormonales y la fluctuación de los niveles de estrógeno puede afectar a la flora vaginal, aumentando el riesgo sufrir molestias e infecciones vaginales, como la vaginosis bacteriana, y vaginitis o inflamación de la vagina, que afecta hasta al 50 % de las mujeres.
El picor y la sequedad vaginal son molestias frecuentes durante el embarazo debido a los cambios hormonales que afectan la hidratación natural de la zona íntima. La sequedad vaginal se debe a una disminución en la producción de flujo vaginal, lo que puede causar picor, escozor o incluso dolor durante las relaciones sexuales.
Por otra parte, el picor vaginal en el embarazo suele deberse a la candidiasis vaginal, una infección causada por la proliferación excesiva de la Candida albicans, un hongo que normalmente está presente en la flora vaginal sin causar problemas.
Los cambios hormonales, el aumento de la temperatura y la humedad en la zona íntima durante el embarazo pueden favorecer este desequilibrio, causando picor intenso, flujo blanquecino e irritación en la vulva.
Para prevenir las infecciones vaginales, aliviar la sequedad y el picor en el embarazo, es importante cuidar la higiene íntima con productos suaves y usar ropa interior de algodón para que la piel respire. Si tienes relaciones sexuales, puedes utilizar lubricantes a base de agua para combatir la sequedad vaginal, y si el picor vaginal en el embarazo es causado por una infección, el médico te prescribirá el tratamiento adecuado.
El dolor vaginal, ya sea continuo o intermitente, puede tener un gran impacto en la vida de la mujer. Este dolor, que a menudo se describe como ardor, escozor o dolor punzante, puede dificultar ciertas actividades, como sentarse o tener relaciones sexuales. Aunque las causas exactas no siempre están claras, podría deberse a lesiones nerviosas, haber sufrido infecciones vaginales anteriormente, cambios hormonales y tensión en los músculos del suelo pélvico.
El tratamiento del dolor vaginal se centra en aliviar los síntomas y consiste en el uso de medicamentos que ayudan a controlar el dolor, fisioterapia y ejercicios para relajar los músculos del suelo pélvico. La cirugía está indicada en casos seleccionados que no mejoran con otros tratamientos.
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