Las enfermedades de transmisión sexual (ETS), también llamadas infecciones de transmisión sexual (ITS), son las enfermedades que se transmiten a través de las relaciones sexuales.
Según el informe de Vigilancia epidemiológica de las Infecciones de Transmisión Sexual en España 2022, elaborado por el Centro Nacional de Epidemiología y la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, la gonorrea y la sífilis van en aumento en los últimos 20 años y las infecciones por Chlamydia no se quedan atrás, sobre todo en la población más joven.
Estas infecciones también se conocen como enfermedades venéreas y las más comunes son la sífilis, la gonorrea, el chancroide, el linfogranuloma venéreo, el granuloma inguinal, las uretritis y cervicitis por Chlamydia, el herpes genital, la tricomoniasis, las infecciones del virus del papiloma humano, por el virus de la hepatitis B y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Los síntomas de las enfermedades de transmisión sexual no siempre son lesiones cutáneas. De hecho, algunas veces no se manifiestan clínicamente o puede que las lesiones se produzcan fuera de los genitales, como en la faringe o el recto.
No obstante, algunos síntomas frecuentes de las enfermedades de transmisión sexual son los siguientes:
Las principales causas de las enfermedades de transmisión sexual son:
El principal factor de riesgo de una ETS es mantener relaciones sexuales con una persona infectada, ya sea sexo vaginal, oral o anal.
Las personas sexualmente activas con múltiples parejas que no toman las medidas de prevención adecuadas están expuestas a las infecciones de transmisión sexual, ya que se contagian por el contacto tanto de la piel como de las mucosas, lo que hace que la protección en ocasiones no sea efectiva al cien por cien.
Como ya hemos comentado, las enfermedades de transmisión sexual no están acompañadas, en su inicio, de síntomas claros que hagan sospechar de su presencia.
Por eso, las personas con varias parejas sexuales deben someterse a revisiones periódicas para evitar o detectar a tiempo una posible infección.
Entre las complicaciones más comunes de las enfermedades de transmisión sexual están:
El preservativo ofrece protección para las ETS que se transmiten por fluidos, en las que exista penetración vaginal, anal u oral, como pueden ser gonococo, Chlamydia, micoplasmas, tricomonas, virus de la hepatitis B, hepatitis C y el VIH.
Pero el preservativo no es eficaz al 100 % en enfermedades producidas por VPH, virus del herpes simple (VHS) y sífilis, ya que son enfermedades de transmisión sexual que se contagian por contacto de piel y mucosas, aunque no haya penetración.
Con el sexo oral-anal y oral-genital sin protección se puede dar la transmisión del gonococo, Chlamydia, sífilis, herpes y virus del papiloma humano. Aquí, también es importante tener una correcta higiene íntima.
La mayoría de las infecciones de transmisión sexual (ITS) tiene un tratamiento sencillo, rápido y eficaz. En concreto, las de origen bacteriano, como la gonorrea o la sífilis, se tratan con antibióticos. Mientras que el herpes genital, tanto inicial como recurrente, se trata con el antiviral aciclovir.
Sin embargo, algunas, como el VIH o el virus del papiloma, no tienen tratamiento curativo. No obstante, sí que se pueden controlar y evitar que aparezcan complicaciones si se lleva a cabo un control y la pauta terapéutica prescrita por el especialista.
Es importante no automedicarse y poner en conocimiento de las personas con las que se hayan mantenido relaciones sexuales de la presencia de una infección de transmisión sexual para que puedan consultar con un especialista si han adquirido o no la enfermedad.
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