La osteoartritis o artrosis es una enfermedad degenerativa que afecta a las articulaciones. Tal y como explican desde la Fundación Española de Reumatología, las articulaciones son los componentes del esqueleto que nos permiten movernos. Están formadas por la unión de dos huesos a través de la cápsula articular.
En el interior de las articulaciones hay un fluido, que se denomina líquido sinovial, que se produce en la membrana sinovial. Los extremos óseos que se unen para formar la articulación están recubiertos por el cartílago articular.
Cuando se produce la osteoartritis, el cartílago no tiene las propiedades necesarias para favorecer el movimiento. En algunos casos, desaparece por completo, lo que hace que los extremos de los huesos rocen, ya que no tienen la amortiguación del cartílago. Como consecuencia, aparece dolor, rigidez y falta de funcionalidad.
Las articulaciones que son más propensas a sufrir osteoartritis son:
Existen diversos factores que favorecen la aparición de osteoartritis. Entre los más destacados se encuentran:
La artrosis u osteoartritis es una entidad diferente que la artritis. En esta se produce una inflamación del tejido articular, mientras que en la artrosis u osteoartritis lo que se produce es un desgaste de la articulación.
En líneas generales, el dolor es el síntoma característico de las dos enfermedades, que puede ir acompañado de rigidez. En la artrosis el dolor se produce cuando se hace algún movimiento y mejora en reposo, situación que no se produce con la artritis.
Para el diagnóstico de la osteoartritis lo primero que hay que hacer es una correcta historia clínica en la que se valoren los síntomas que presenta el paciente.
También se puede plantear la realización de alguna prueba complementaria, como radiografías y el análisis del líquido de las articulaciones, en el caso que se haya producido un derrame articular. Salvo en casos muy puntuales, no es necesario recurrir a otras técnicas de imagen, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética.
El tratamiento de la osteoartritis es sintomático, puesto que es una enfermedad para la que, hoy por hoy, no existe curación.
Los esfuerzos se centran en controlar el dolor con distintos tipos de medicamentos. En los casos en los que no es posible, se puede recurrir a la utilización de bastones y férulas, y en los casos más graves se puede valorar la posibilidad de cirugía.
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