Otra vez vuelve el dolor lumbar. Otra vez con la limitación de movimiento. Y otra vez te surgen preguntas a las que trataremos de dar respuesta en este artículo.
El término lumbalgia o lumbago se define como todo aquel dolor común de duración variable, circunscrito a la parte baja de la espalda o zona lumbar. Éste suele ser intenso y profundo, teniendo como efecto final una repercusión en la movilidad normal de la zona, debido a la sensación dolorosa. Entre un 70 y 80 % de la población ha tenido un episodio de dolor lumbar al menos una vez en su vida.
A su vez, múltiples estudios han demostrado que cerca del 90 % de los casos de lumbalgia no presentan algún tipo de lesión demostrable, razón por la que se cataloga como inespecífica. Independientemente de la manera que ocurra, la lumbalgia puede dificultar muchas de las actividades cotidianas.
La mayoría de las lumbalgias tienen su origen tras esfuerzos, giros o movimientos bruscos de la columna en posiciones de la vida diaria, profesional y deportiva, así como por el sobrepeso. Son las llamadas lumbalgias mecánicas o posturales.
Podemos hacer dos tipos de clasificación:
Según duración:
Según características del dolor:
El médico determinará el tipo de tratamiento más adecuado en función del grado de dolor, si existe una enfermedad que pueda originar la lesión o no y el avance de la lumbalgia. La lumbalgia puede tratarse con medidas sencillas como:
Aplicación de calor y/o frío: para ayudar a bajar la inflamación de la espalda es adecuado aplicar compresas o bolsas de gel frío. Si la dolencia es crónica el calor también ayuda a relajar el músculo. Aunque se puede alternar calor y frío.
Reposo o actividad. es un recurso habitual cuando existe dolor de espalda, en posición tumbada y boca arriba. Sin embargo, si se prolonga esta postura puede resultar perjudicial y retrasar la recuperación. Suspenda la actividad física normal solamente durante los primeros días. Esto ayuda a calmar los síntomas y a reducir cualquier hinchazón (inflamación) en el área del dolor. Posteriormente, es importante normalizar la situación y realizar toda actividad posible para el paciente. Evita levantar objetos pesados o torcer la espalda durante las primeras 6 semanas después de aparecer el dolor.
Terapia farmacológica: es común la administración de antiinflamatorios que a su vez ayudan a aliviar el dolor o bien por vía oral o a través de tratamientos tópicos como las cremas antiinflamatorias. Aunque en otras ocasiones es más recomendable tomar un relajante muscular. Es importante que sea tu propio médico quien establezca la mejor pauta y si tienes dudas puedes consultar siempre a tu farmacéutico.
Ejercicios: los ejercicios específicos para la lumbalgia, (ver ejemplos en la infografía), que contemplan ejercicios aeróbicos, de estiramiento y de fortalecimiento muscular, son de gran ayuda para aliviar el dolor y recuperar la movilidad de la espalda. Consulta el artículo “3 consejos clave para fortalecer la espalda y evitar el dolor”.
Terapias alternativas: la práctica de deportes como tai-chi, pilates, yoga, etc. ayudan a fortalecer los músculos de la espalda y están recomendado para las personas con lumbalgia aguda o crónica.
Higiene postural: para tener una recuperación más rápida y evitar las posturas o movimientos que pueden volver a provocar un episodio de lumbalgia es necesario aprender tener una postura adecuada.
Uso de faja lumbar: los beneficios de su utilización y los tipos de fajas lumbares se detallaron en un artículo publicado recientemente “Cómo elegir la faja lumbar adecuada”.
En tu farmacia más cercana puedes encontrar el asesoramiento adecuado para llevar a cabo estas medidas sencillas. Y el farmacéutico te derivará al especialista en caso necesario.
Consulta a tu farmacéutico.
Tu farmacia y tu farmacéutico de confianza siempre cerca y disponibles para ti.
#palabradefarmacia
y recibe un 5% de descuento en tu próximo pedido.
¡y mucho mas!