La exposición excesiva a la radiación solar puede dañar nuestros ojos, causar irritación, sequedad, abrasiones y favorecer el desarrollo de enfermedades graves como la degeneración macular o las cataratas. Esto se debe a que el efecto de la radiación ultravioleta sobre la estructura del ojo es acumulativo, de manera que si no lo protegemos durante todo el año con unas gafas de sol adecuadas es posible que con el tiempo se produzca un deterioro de la vista.
Las gafas de sol pueden ayudarnos a prevenir enfermedades oftalmológicas causadas por la radiación solar. Entre estas enfermedades se encuentran las siguientes:
1. Fotoconjuntivitis.
Consiste en la inflamación de la conjuntiva, que es la membrana transparente que recubre el interior de los párpados y la parte anterior del globo ocular. Se caracteriza por enrojecimiento, picor, secreciones y lagrimeo. Son secuelas de la radiación UV menor de 320 nm. Suele tener un periodo de latencia que puede oscilar entre las 6 y 8 horas de exposición.
2. Pterigion.
Es el crecimiento anormal de un tejido blanquecino en la conjuntiva, que en ocasiones puede invadir la zona de la pupila interfiriendo en la visión. Tiene una estrecha relación con la radiación UV acumulada y es habitual en las personas que pasan mucho tiempo al sol por su actividad, como los agricultores, los surfistas o los esquiadores.
3. Fotoqueratitis.
Son abrasiones que se producen en la córnea por la exposición prolongada al sol o a su reflejo en la nieve o el agua, entre las 6 y las 8 horas de la exposición. Los síntomas más frecuentes son dolor, lagrimeo, visión borrosa, parpadeo excesivo, sensibilidad a la luz y sensación de arena en los ojos.
4. Queratosis actínica.
Manchas cutáneas ásperas y escamosas de color rojizo o marrón que aparecen en la piel que rodea el ojo tras varios años de exposición al sol sin protección. Causan picor, ardor y en ocasiones sangrado. En algunas ocasiones la queratosis actínica puede derivar en un tipo de cáncer cutáneo denominado carcinoma de células escamosas.
5. Cataratas.
Se caracterizan por la pérdida de transparencia del cristalino, lo que deteriora progresivamente la visión. Aunque en la mayoría de los casos se deben al envejecimiento del ojo, la radiación ultravioleta entre los 295 y los 400 nm es un factor que contribuye al desarrollo de esta enfermedad.
6. Degeneración macular.
Es una enfermedad degenerativa de la mácula que produce el deterioro progresivo de la visión central. Está causada por IR, UV y luz azul de 400 a 500 nm. Su desarrollo está asociado al envejecimiento, pero, al igual que en el caso de las cataratas, la radiación solar puede favorecer y acelerar su desarrollo.
Las gafas de sol deben tener el sello CE (Comunidad Europea), que garantiza el cumplimiento de todos los requisitos de calidad y seguridad establecidos por la normativa actual.
El filtro solar reduce la luz visible que llega a los ojos y permite que la visión sea más confortable según las condiciones ambientales en las que nos encontremos. Pero no debemos confundir el filtro solar con el filtro ultravioleta.
El filtro solar absorbe la luz visible, pero no protege frente a los rayos UVA y UVB, sino que es necesario un filtro específico para que absorba la radiación y que, en la Comunidad Europea, deben llevar incorporado todas las gafas de sol homologadas.
Según la norma ISO 8980-3:2022, existen cinco categorías de filtros solares en función de la capacidad de absorción de la luz:
La radiación ultravioleta empieza a ser nociva para la salud ocular cuando es inferior a 400 nanómetros. Para proteger tus ojos debes asegurarte de que las gafas de sol que compras especifican el filtro frente a los rayos ultravioleta con el logo UV 400, que indica que son capaces de bloquear entre un 99 % y un 100 % la luz ultravioleta con una longitud de onda inferior a 400 nanómetros.
El color de la lente debe elegirse teniendo en cuenta factores como la capacidad visual, la edad y las preferencias del usuario.
Algunos de los colores más usados son el marrón, que aumenta el contraste, impide el paso de la luz azul y está recomendado para personas con miopía, astigmatismo y operados de cataratas; y el verde, que distinguir pequeños cambios de color y es conveniente para hipermétropes.
Otros colores habituales en las lentes de las gafas de sol son el gris, que filtra la luz de manera uniforme y es el que menos distorsiona los colores; las tonalidades anaranjadas y amarillas, que aumentan el contraste en situaciones de baja luminosidad, y los rosas y azules, que alteran significativamente la percepción de los colores.
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