El embarazo es un periodo de cambios continuos, muchos de los cuales se viven con expectación e incertidumbre. Pero no siempre es fácil distinguir la normalidad de la urgencia y es habitual que en la cabeza de las gestantes ronde esta pregunta: ¿Cuándo debo ir a urgencias en el embarazo? A continuación te contamos cuáles son los principales signos de alarma que te deben llevar a consultar en urgencias.
El sangrado en el embarazo siempre debe ser un motivo de consulta en urgencias ginecológicas. En la mayoría de los casos no reviste gravedad y suele deberse a la rotura de algún pequeño vaso sanguíneo del cuello del útero. Sin embargo, cuando el sangrado es abundante y de color rojo intenso es importante acudir a urgencias para descartar complicaciones, como un posible aborto o amenaza de aborto, un embarazo ectópico, desprendimiento de placenta o placenta previa.
Se debe acudir a urgencias cuando hay dolor abdominal agudo en el bajo vientre, es continuo y no cesa, ya que puede indicar complicaciones en la gestación.
Las contracciones uterinas son un motivo frecuente de preocupación entre las embarazadas, ya que no siempre es fácil saber cuándo son un signo de normalidad o de alarma.
Existen dos tipos de contracciones:
Si las contracciones de parto aparecen antes de la semana 37, es importante acudir a urgencias, ya que podría tratarse de un parto prematuro. También se debe ir si las contracciones en un embarazo a término son dolorosas, frecuentes y no ceden con el reposo.
Aunque la fiebre puede deberse a numerosos motivos ajenos al embarazo, se debe consultar cuando se superen los 38º C para descartar un origen obstétrico que pueda causar complicaciones.
Se debe acudir a urgencias cuando la presión arterial supere los 140/90 mmHg en la embarazada sin antecedentes de hipertensión. Esta presión arterial elevada puede ir acompañada por otros síntomas como dolor de cabeza y de estómago, malestar general y visión borrosa o con lucecitas.
Durante el embarazo son habituales los cuadros de náuseas y vómitos. En algunos casos se produce una hiperémesis gravídica, que se caracteriza por vómitos intensos y frecuentes que pueden causar deshidratación y problemas nutricionales. En estos casos hay que consultar con el médico para que valore la administración de fármacos que impidan los vómitos y sus complicaciones.
El dolor de cabeza puede ser un síntoma asociado a la hipertensión arterial o a la preeclampsia, sobre todo cuando va acompañado por dolor en la zona alta del estómago y visión borrosa o con lucecitas. Por ello, ante un dolor de cabeza intenso y persistente es importante controlar la presión arterial y acudir a urgencias en el caso de que supere los 140/90 mmHg.
También hay que consultar cuando, no habiendo hipertensión, la cefalea es dolorosa y no remite con analgesia.
Cuando la pérdida se produce al final de la gestación es una señal inequívoca del inicio del parto. Sin embargo, se debe acudir a urgencias si la pérdida de líquido amniótico se produce semanas antes a la fecha prevista de parto, es abundante o de color verdoso. El médico descartará si la pérdida se debe a una posible rotura o fisura en la bolsa, a indicios de un parto prematuro u otras complicaciones.
Los movimientos fetales son habituales a partir de las semanas 23-24 de embarazo. Se debe ir a urgencias para valorar el estado de la gestación, si los movimientos del bebé se interrumpen de manera brusca o desaparecen durante cerca de 12 horas.
Durante el embarazo puede aparecer una enfermedad denominada colestasis intrahepática provocada por la acumulación de bilis en el hígado. Suele ser más frecuente durante el tercer mes de embarazo y puede causar complicaciones graves en la madre y el bebé. Uno de los síntomas característicos de este trastorno es el picor intenso, principalmente en manos y pies, por lo que se debe acudir a urgencias ante los primeros signos de alarma.
Esperamos que este artículo resuelva tus dudas sobre cuándo debes ir a urgencias en el embarazo y te ayude a estar mejor informada, más tranquila y a disfrutar de la gestación. Reconocer los signos de alarma y saber cuándo acudir al hospital es fundamental para prevenir complicaciones y asegurar el bienestar tanto tuyo como del bebé.
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