La menopausia es el periodo natural de la vida de la mujer en el que desaparece su capacidad reproductiva. La llegada a esta etapa viene acompañada por cambios hormonales y numerosos síntomas que, según su intensidad, pueden ser muy molestos y reducir la calidad de vida.
Según la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), la edad media de aparición de la menopausia es los 51 años, si bien en algunas mujeres puede manifestarse antes. Cuando lo hace antes de los 40 años se habla de menopausia prematura, mientras que si se produce entre los 40 y 45 años, se denomina menopausia precoz.
Cada mujer vive la menopausia de una manera distinta: mientras algunas se adaptan fácilmente a los cambios que experimentan, otras la viven como un fin de etapa doloroso, sobre todo desde el punto de vista emocional, ya que supone la desaparición de la función reproductora y, por tanto, de la capacidad de ser madre.
Quedarse embarazada de manera natural a partir de los 45 años es altamente improbable. Sin embargo, mientras se siga teniendo la regla cabe la posibilidad de que se produzca un embarazo. Por ello, las mujeres en perimenopausia que quieran evitar un embarazo deben consultar con su ginecólogo cuál es el método anticonceptivo más adecuado para este periodo.
En el camino a la menopausia, caracterizada por la desaparición de la ovulación y de la menstruación, la mujer transita por una primera etapa denominada premenopausia o perimenopausia, que puede durar unos 5 años y durante la cual se van experimentando distintos síntomas físicos y emocionales, entre los que se encuentran los siguientes:
Debido a las alteraciones hormonales, el organismo tiene más dificultad para adaptarse a los cambios de temperatura y situaciones como el estrés emocional, el consumo de alcohol, las comidas copiosas o los cambios bruscos de temperatura favorecen la aparición de sofocos, sobre todo por la noche, provocando insomnio.
Asimismo, los sofocos pueden ser especialmente incómodos en los meses más calurosos del año. Si quieres saber cómo aliviarlos, consulta el artículo ‘Tips’ para sobrellevar la menopausia en verano.
Este problema se puede tratar mediante el uso de hidratantes y lubricantes vaginales, así como cremas con estrógenos -siempre prescritas y controladas por un ginecólogo-.
Algunas mujeres también reportan una disminución de la libido en la perimenopausia y la menopausia. Según explica la AEEM, esto no parece deberse exclusivamente a las alteraciones hormonales sino a una suma de factores, entre los que se encuentran los educacionales y sociales.
Muchos de los síntomas descritos anteriormente pueden aliviarse mediante la práctica de ejercicio físico, ya que previene la pérdida de masa ósea y muscular, mejora el equilibrio y disminuye el riesgo de caídas. También ayuda a mantener la función cardiovascular y pulmonar, previene la obesidad y estimula el sistema inmune.
Además, el ejercicio físico favorece la producción de hormonas como la melatonina, que facilita el descanso nocturno, y de endorfinas, que mejoran el estado de ánimo.
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