El dolor que causa la mastitis hace que muchas madres dejen de amamantar, lo que aumenta la retención de leche y empeora los síntomas.
La mastitis durante la lactancia afecta a cerca del 10 % de las madres y, aunque es tratable, puede llevar al destete precoz del bebé. Comprender la mastitis y saber cómo prevenirla o tratarla es clave para mantener una lactancia saludable y evitar complicaciones.
Qué es la mastitis y por qué ocurre durante la lactancia
La mastitis consiste en una inflamación de la mama que puede o no estar acompañada de infección. La principal causa suele ser el vaciado insuficiente de la leche, lo que favorece un ambiente propicio para la proliferación bacteriana.
En muchos casos, el primer signo de mastitis es la presencia de inflamación que la madre suele detectar al realizarse una autoexploración mamaria. El dolor puede llevar a que muchas madres eviten amamantar con la mama afectada. Esto agrava la retención de leche y altera la flora bacteriana de la mama, aumentando el riesgo de infección. Aunque con poca frecuencia, la mastitis puede afectar a ambas mamas a la vez.
Factores de riesgo y síntomas de la mastitis en la lactancia
-
Factores de riesgo más comunes en la lactancia
a - Estancamiento de leche: esto ocurre cuando la mama no se vacía bien debido a una mala técnica de lactancia, tomas poco frecuentes o ineficaces, entre otras causas.
b - Ingurgitación mamaria: la congestión de la glándula mamaria provoca incomodidad y dificulta la salida de la leche.
c - Factores maternos: las grietas en el pezón y el uso de antibióticos durante el parto aumentan el riesgo de infecciones bacterianas, especialmente si hay un vaciado insuficiente del pecho.
d - Traumatismos en el pecho: un golpe o presión constante en la mama, como el causado por el uso de sujetadores demasiado ajustados, puede interferir en la correcta circulación sanguínea y comprimir los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de inflamación o infección.
-
Síntomas principales de la mastitis
1 - Dolor y sensibilidad: el dolor es moderado y aparece de manera repentina, a menudo localizado en una zona específica de la mama. Se suele percibir como una sensación de quemazón al amamantar.
2 - Hinchazón y enrojecimiento: la mama puede inflamarse y enrojecerse, en ocasiones con un patrón en forma de cuña.
3 - Cambios en el tejido mamario: puede haber bultos o engrosamientos en la zona afectada.
4 - Malestar general: fiebre alta (por encima de 38,3 °C), escalofríos, dolores musculares y cefalea.
La principal causa de la mastitis es el estancamiento de la leche por un vaciado incompleto de la mama.
Tratamiento de la mastitis
Medidas iniciales para el tratamiento de la mastitis (primeras 24-48 horas)
- Asegurar un vaciado frecuente y eficaz de la mama. Esto incluye corregir la posición y el agarre del bebé, además de la extracción manual o el uso de sacaleches si es necesario.
- Aplicar calor local con masajes suaves antes de amamantar, y frío después de las tomas para reducir la inflamación.
- Tomar analgésicos o antiinflamatorios aptos durante la lactancia, como paracetamol o ibuprofeno.
- Priorizar el descanso materno, si es posible en la cama, manteniendo el contacto cercano con el bebé.
Si no hay mejoría en 48 horas
Cuando no mejora, el tratamiento de la mastitis consiste en la administración de antibióticos compatibles con la lactancia durante 10-14 días.
En el 10 % de los casos puede desarrollarse un absceso mamario, lo cual requiere atención hospitalaria y un posible drenaje quirúrgico.
Productos para proteger los pezones y aliviar el dolor
Si estás amamantando a tu bebé, en Welnia tienes a tu disposición estos productos para proteger los pezones, reducir las molestias y aliviar el dolor:
- Trofolastín Cuidado del Pezón, 50 ml. Dicha crema está especialmente indicada para proteger y reparar la piel delicada del pezón, especialmente durante el embarazo y la lactancia. Entre sus componentes están la centella asiática y el aloe vera, que tienen propiedades regeneradoras, cicatrizantes y antiinflamatorias. Se aplica dos veces al día desde el sexto mes de embarazo o después de cada toma durante la lactancia.
- Medela Purelan 100 Crema, 37 g. Formulada con lanolina 100 % natural, la crema Medela Purelan protege e hidrata los pezones aliviando el dolor y formando una barrera que hidrata desde el interior. Es segura para el bebé y no es necesario retirarla antes de amamantar. Perfecta también para calmar la piel seca, es una solución sencilla y eficaz para disfrutar de la lactancia con mayor comodidad.
- Suavinex Crema Cuidado Pezón, 20 ml. Si estás lidiando con la mastitis durante la lactancia o simplemente con pezones agrietados y sensibles, esta crema es una excelente opción para aportar alivio. Suavinex Crema Cuidado Pezón combina lanolina e hipericum para hidratar profundamente y calmar la piel irritada, especialmente en momentos de mayor fragilidad como durante y después del embarazo.
- Medela Pezonera Contact Talla S + Estuche, 1 Par. El diseño de las pezoneras Medela aporta una protección adicional durante la lactancia, especialmente cuando los pezones están doloridos, planos o invertidos. Además, están libres de bisfenol A y permiten un contacto cercano con la piel, lo que facilita el enganche del bebé y mejora la experiencia de amamantar.
- Nuk Pezonera Silicona, 1 Par. Las pezoneras de silicona de NUK están hechas de una fina capa de silicona que protege el pezón y tienen un diseño triangular innovador que mejora el contacto con la piel, permitiendo una experiencia más natural durante la lactancia. Además, sus suaves nudos estimulan el flujo de leche y no interfieren con el proceso. Vienen con un práctico estuche para almacenarlas de manera segura e higiénica.
Consejos para prevenir la mastitis y cuidar el pecho
Para prevenir la mastitis en la lactancia y cuidar el pecho, es importante seguir algunos consejos clave:
Cuidados básicos para prevenir la mastitis
- Asegura una buena posición y agarre del bebé para garantizar un vaciado completo de las mamas.
- Varía la posición durante las tomas para evitar tensiones en una sola zona.
- Si hay pezón invertido o anquiloglosia, habla con tu médico para ver cómo puedes mejorarlo.
- Alimenta al bebé a demanda, sin horarios rígidos, y no olvides las tomas nocturnas. El colecho, siempre practicado con precaución, puede ser una buena práctica para facilitar las tomas durante la noche y garantizar un vaciado adecuado del pecho, además de favorecer el descanso de la madre.
Higiene y cuidados del pezón
- Lava los pezones con agua tibia y evita el uso de jabones agresivos que puedan resecar la piel.
- Si hay grietas o fisuras en los pezones, alterna las posturas de amamantamiento y usa cremas para aliviar las molestias que también sean seguras para tu bebé.
- Deja los pezones al aire después de cada toma para evitar la humedad y favorecer la cicatrización de pequeñas heridas.
Elección de ropa adecuada durante la lactancia
- Usa sujetadores específicos para la lactancia. Deben ser cómodos y no demasiado ajustados, para evitar la compresión del pecho.
- Opta por sujetadores sin aros, ya que estos pueden presionar los conductos mamarios y dificultar la circulación sanguínea.
Hábitos saludables que favorecen la prevención
- Mantén una dieta equilibrada y rica en nutrientes que fortalezcan tu sistema inmunológico.
- Hidrátate adecuadamente para favorecer una buena producción de leche.
- Descansa siempre que puedas para evitar el estrés, que puede afectar tanto a la lactancia como a tu salud en general.
- Evita el tabaco, ya que aumenta el riesgo de mastitis.
Consulta con un especialista en lactancia para evitar complicaciones como la mastitis.