La pubertad suele producirse entre los 8 y los 13 años, si bien esta franja de edad puede variar de una niña a otra. En algunas niñas se empiezan a notar cambios físicos con apenas 8 o 9 años, mientras que en otras no se perciben hasta cumplidos los 12 o 13 años.
Los cambios físicos en la pubertad femenina suelen llevar a las niñas a compararse con sus amigas o compañeras de clase, lo que en ocasiones genera sentimientos de inseguridad e incomodidad. Por ello, es recomendable acompañarlas en el proceso de niña a mujer y en la aceptación de los cambios que se experimentan.
La Asociación Española de Pediatría define la pubertad como el periodo en el que el cuerpo del niño cambia para convertirse en adulto. Es la fase final del crecimiento del niño, cuando alcanza la talla adulta y la madurez psicosocial y reproductiva.
Porque el cuerpo sufre cambios hormonales, que son los responsables de que se inicien los cambios físicos y también psicológicos, que se producen con la pubertad.
El pistoletazo de salida de los cambios en la pubertad femenina se produce cuando aparecen los denominados caracteres sexuales secundarios, que se centran en las mamas, iniciándose el desarrollo del pecho; los genitales, y la aparición del vello, sobre todo el púbico. Al principio el vello es escaso, pero se va desarrollando hasta formar un triángulo en el pubis.
También el cuerpo va adquiriendo sus formas: se ensanchan las caderas y el abdomen.
Pero no solo se producen estos cambios físicos externos en la adolescencia. En la pubertad las niñas también pegan el estirón, aumentando su estatura y el tamaño de algunos de sus órganos, como el corazón, los riñones y el hígado, que pueden llegar a duplicar su volumen.
Uno de los cambios físicos en la pubertad femenina que genera más inseguridad debido a su impacto estético es el acné, que suele ir unido al aumento de grasa en el cuero cabelludo. Asimismo, a partir de la adolescencia las niñas empiezan a sudar más y les cambia su olor corporal.
La pubertad femenina es la fase final del crecimiento de la niña, cuando alcanza la talla adulta y la madurez psicosocial y reproductiva.
Para hacer frente a estos cambios, en Welnia puedes encontrar estos productos que te ayudarán a limpiar tu rostro, y a mitigar tu dolor menstrual y olor corporal:
La primera menstruación se denomina menarquia. Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, la regla aparece entre los 2,5 y 3 años después de la aparición del botón mamario.
Por lo general, las primeras reglas son indoloras, pero según se regularizan puede aparecer dolor durante la menstruación. La razón por la que las primeras reglas no son dolorosas es porque los ciclos aún no son ovulatorios. Cuando se empieza a ovular, empieza también el dolor menstrual.
Al principio, la menstruación también es irregular. El tiempo que pasa desde que aparece la primera regla (la menarquia) y los ciclos menstruales se convierten en regulares es de un poco más de un año, mientras que desde la menarquia hasta los ciclos ovulatorios puede pasar más de dos años. Hay que tener en cuenta que las niñas con menarquia tardía presentan los ciclos ovulatorios más tarde.
Por supuesto. Cada niña/mujer puede optar por los productos de higiene íntima con los que más cómoda se sienta. Desde la primera regla se pueden utilizar tampones. Existe una amplia variedad de tamaños para adecuarlos a la cantidad de flujo de cada mujer.
Cada adolescente puede elegir cuándo usar su primer sujetador. Hay infinidad de modelos y debe elegir aquel con el que se sienta más cómoda y segura. También puede empezar utilizando un top para hacer más tranquila la transición.
Con la llegada de la pubertad, se experimentan una serie cambios emocionales que cada niña/mujer vive de una determinada manera. No obstante, hay una serie de cambios psicológicos que son comunes a casi todas las adolescentes:
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