Sea cual sea el modelo de chupete que elijas, lo esencial es que se ajuste a la normativa de seguridad establecida
- No debe tener elementos desmontables pequeños.
- Sus piezas deben estar unidas con suficiente resistencia como para que no se rompa o desmonte.
- Los bordes deben estar protegidos o redondeados para evitar cortes o heridas.
- El disco del chupete debe tener al menos dos orificios de ventilación de un mínimo de 4 mm de diámetro.
- La tetina debe ser de un material flexible y de una longitud máxima de 30 mm.
- Debe incluir un etiquetado con datos, instrucciones, advertencias e información de uso seguro.
- El chupete debe estar en un envase cerrado.
- En caso de uso de cadena no debe ser de más de 22 cm para evitar que se le enrosque en el cuello.
La tetina es la gran “protagonista” del chupete. Puede ser de varios materiales y formas, que influirán en su durabilidad y su utilización por parte del bebé.
• Materiales: las tetinas pueden ser fundamentalmente de dos materiales: látex o silicona. El látex es un material natural, blando y elástico, que se asemeja más a la textura del pecho materno. Es resistente, pero al ser más natural, se deforma y desgasta con mayor facilidad, por lo que hay que cambiar la tetina más a menudo.
Mientras que la silicona es un material sintético transparente, más rígido y menos resistente a los mordiscos, por lo que se recomienda su uso antes de la aparición de los dientes. Por otra parte, la silicona resiste muy bien el calor, es más fácil de limpiar y se desgasta menos, por lo que dura más tiempo.
En cuanto al resto de materiales que forman el chupete, deben ser atóxicos, hipoalergénicos, blandos y flexibles para no causar irritaciones en la mucosa bucal del pequeño.
• Forma: Las tetinas con forma anatómica imitan la forma del pezón materno y se adaptan mejor al paladar, por eso se recomiendan durante los primeros meses, mientras el bebé aún se alimenta del pecho. En cambio las tetinas con forma redondeada ayudan a mantener en todo momento una posición correcta dentro de la boca, incluso cuando el bebé lo gira, evitando así deformaciones.
Los chupetes se clasifican por tallas, según la edad del bebé. El tamaño, los agujeros de ventilación y las tetinas varían si se trata de chupetes para recién nacido o para un niño de casi dos años. En los envases se detallan los intervalos de meses para los que cada chupete está más indicado. La clasificación más habitual es:
- Talla 1: de 0 a 6 meses.
- Talla 2: de 6 a 18 meses.
- Talla 3: de 18 a 36 meses.
A esto se suman unos chupetes especiales para bebés prematuros, que corresponden a la talla -2 meses, y suele servir hasta los 4 meses.
Como todos los hábitos, las ventajas e inconvenientes también van a estar relacionados con la frecuencia de uso del chupete. No es lo mismo que exista una dependencia del mismo, a que lo usen como objeto relajante.
Por un lado, entre las ventajas, destacamos que aporta tranquilidad, calma al niño, le ayuda a dormir y estimula el reflejo de succión.
Por otro, debes conocer algunos inconvenientes como que el uso temprano del chupete puede afectar la lactancia (de ahí la recomendación generalizada de no ofrecer el chupete hasta pasado el mes de nacimiento); podría aumentar el riesgo de infecciones del oído medio; su uso prolongado puede causar problemas dentales o pueden ser los causantes de algún accidente.
- No obligues al bebé a usar chupete. Si se le cae por la noche y no se da cuenta, no vuelvas a colocárselo.
- No pongas nada en el chupete para alentar a su hijo a usarlo (miel, azúcar).
En tu farmacia habitual encontrarás chupetes en diferentes diseños, tamaños y materiales, donde además contarás con el consejo experto de tu farmacéutico para ayudarte a elegir el más adecuado para tu bebé.
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