Los bebés se mueven ya en el seno materno, de manera que el ejercicio físico los acompaña desde el inicio de la vida. Sin embargo, este ejercicio se debe ir adaptando a las necesidades del bebé según va creciendo.
Y es que la actividad física forma parte de la vida de los bebés, ya que les ayuda a fomentar su motricidad, su elasticidad y su desarrollo. Para cada edad, se recomiendan unos ejercicios de psicomotricidad específicos.
Es durante los primeros años de vida cuando se empiezan a conseguir sus primeros movimientos: sentarse, gatear, caminar, correr, subir escaleras… Todos estos logros son fundamentales para que el niño tenga autonomía y adquiera las habilidades necesarias para los siguientes años de su vida.
Por ello, los padres y cuidadores deben recordar que es necesario que los bebés hagan ejercicio físico, bien en casa o al aire libre. Estar todo el día tumbado o sentado no es bueno para ellos, necesitan estar activos y moverse.
Para fomentar el movimiento de los bebés que todavía no caminan hay que hacer una serie de ejercicios de forma regular. Es importante que esos ejercicios se hagan en el suelo y con juegos, para que el niño se divierta y estimule a la vez que ejercita los brazos y piernas.
Si todavía no gatean, se puede intentar que los bebés vayan buscando agarrarse o cogernos de la mano, tirando y empujando, moviendo la cabeza, el cuerpo y las extremidades durante las rutinas diarias y los juegos que se hagan en el suelo.
Un buen aliado para hacer estos ejercicios son los juguetes diseñados para agarrarlos, las pelotas y algunos muñecos de tela pequeños.
Es muy importante recordar que siempre que se hagan estos ejercicios físicos los bebés deben ser supervisados por un adulto.
A continuación te contamos algunos ejercicios por edades que te pueden ayudar a estimular la psicomotricidad de tu bebé. Pero recuerda que cada niño tiene una evolución diferente y estas recomendaciones son orientativas; debes ir viendo a tu bebé en su desarrollo y no forzarle. En todo caso, el objetivo es ir reduciendo poco a poco los periodos sedentarios.
Tumba a tu bebé boca arriba, pon las manos en las plantas de los pies y lleva las rodillas del niño al pecho. En esta misma posición, agárrale de las manos y haz pequeños y suaves movimientos subiendo un poquito los brazos.
Luego, colócale boca abajo y ponle delante un juguete colorido que le llame la atención. Muévelo para que el niño lo siga con la mirada y mueva la cabeza de un lado a otro.
A medida que van creciendo, aumenta el rango de movimiento del bebé, lo que le ayuda a ganar musculatura.
Para ayudarle a mover las articulaciones, puedes practicar el primer ejercicio pero en vez de llevar ambas piernas del bebé hacia su pecho, hacerlo de manera alterna, como si estuviera pedaleando en una bicicleta.
Asimismo, puedes colocarlo tumbado boca arriba, ofrecerle los pulgares para que los agarre y poco a poco incorporarlo hasta que se siente. En esta misma posición, puedes ayudarle a que aprenda a darse la vuelta y volver a la misma posición.
Otro ejercicio divertido que ayuda a tonificar los brazos del bebé consiste en darle un juguete colorido y con sonido para que se lo pase de una mano a otra.
Y si queremos fomentar su equilibrio, podemos sujetarlo por las axilas y moverle en distintas direcciones.
Los ejercicios más recomendados en menores de 1 año son los encaminados a trabajar los músculos que son necesarios para sentarse, gatear y caminar. Se deben realizar boca abajo y puedes empezar desde el momento del nacimiento, tumbando al bebé sobre tu pecho.
La actividad física está encaminada a que los bebés ganen musculatura y elasticidad. La regla básica es hacerlo poco a poco, viendo cómo evolucionan. Puedes utilizar juguetes específicos para cada grupo de edad que te ayudarán a que el bebé se estimule a través de los colores, los sonidos y el tacto.
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