Cuidado con el sol: protección máxima para los más pequeños

Lo primero que debes saber es que la piel tiene memoria, por lo que la prevención que se lleve a cabo durante la infancia, condicionará las consecuencias a largo plazo. 

La mayor exposición al sol se produce durante las dos primeras décadas de vida, cuando los niños dedican más tiempo a las actividades al aire libre, especialmente en el verano.

Proteger la piel del bebé y del niño de los rayos solares no sólo previene las quemaduras sino que también contribuye a prevenir la aparición de problemas más serios en el futuro.

Para ello, aplica el sentido común y sigue las siguientes recomendaciones:

• Evita la exposición solar durante las horas centrales del día, entre las 12 y las 17 horas.
• Busca una sombra y utiliza ropa y sombreros como protección, además de gafas de sol.
• Aplica una crema de protección solar de amplio espectro con un factor de protección (FPS) 30 o superior en abundancia y cuantas veces sea necesario. El protector solar debe proteger frente a la radiación UVB (causante de las quemaduras solares) y UVA (principal responsable del envejecimiento prematuro de la piel).
• A los menores de 6 meses no es recomendable aplicarles protectores solares. 
• Si no es posible protegerlos en la sombra y con ropa apropiada, se puede utilizar una pequeña cantidad de protector de al menos FPS 15 en pequeñas zonas, como la cara y el dorso de los brazos y manos.
• Los menores de 3 años no deben exponerse al sol. Es muy importante protegerles con ropa, sombreros, gafas y protectores solares de FPS alto.

Características para elegir el fotoprotector infantil

Al margen de las muchas presentaciones que se pueden encontrar (crema, loción, spray, gel, gel-crema, espuma…) ten en cuenta las siguientes características: 

• ¿Filtro físico o químico? Los protectores solares con un filtro solar físico contienen en su composición diversos minerales como el óxido de titanio, el óxido de zinc, mica, talco o el óxido de hierro. Su forma de actuar es creando una capa protectora sobre la piel, como si fuese un escudo-pantalla, haciendo que la radiación solar (UVA, UVB e infrarrojos) "rebote" evitando que los rayos lleguen a la piel. Los filtros físicos, también conocidos como filtros minerales o inorgánicos, resultan adecuados para la fotoprotección de niños menores de tres años, pieles sensibles (con intolerancias a filtros químicos, alérgicas etc.), post-procedimientos, (láser, peelings químicos…) y cicatrices. Los filtros químicos penetran en las capas superiores de la piel para absorber los rayos UV. Estos filtros se pueden usar a partir de los 3 años o también a partir de esa edad se puede optar por el uso combinado de ambos tipos de filtros solares. En tu farmacia te informarán adecuadamente sobre las opciones si tienes alguna duda al respecto.
• Alta protección. La recomendación a partir de los seis meses es utilizar protectores de al menos un 30 o superior, siendo deseable los de FPS 50+.
• Resistente al agua. Se indica en la etiqueta con la leyenda waterproof o water-resistant, ya que el niño al jugar, tiende a entrar y salir del agua continuamente. Los productos waterproof mantienen su eficacia por un período igual o mayor a 80 minutos después del contacto con el agua. Por su parte, los productos water-resistant la mantienen durante 40 minutos.
• Resistente a la fricción (o rubproof), porque están continuamente jugando con otros niños, con la arena. 
• Mejor sin perfumes para prevenir reacciones alérgicas en la piel.
• Con fórmula biodegradable.

¿Cómo usar los fotoprotectores?

Una vez elegido el fotoprotector adecuado, hay que saber usarlo de forma correcta para que sea más eficaz:

• Aplícalo en casa sobre la piel seca y 30 minutos antes de la exposición.
• Aplicación generosa en cantidad adecuada.
• Cubrir toda la superficie cutánea.
• Renueva la crema solar cada hora y media. Los niños se están bañando frecuentemente, juegan en el agua y realizan mucha actividad física, por lo que puede ser buena idea aplicarla de nuevo cada menos tiempo. 
• Extrema las precauciones en las partes del cuerpo más sensibles al sol: cara, cuello, hombros, escote, orejas, manos y empeines. 
• Protege también los labios. Puedes optar por un labial con protección solar.
• Utiliza el protector solar también en días nublados.

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Enseña a tus hijos que pueden disfrutar del sol de una forma segura. Están viviendo la etapa de la vida en la que más tiempo estarán expuestos a sus efectos.

Para inculcar el hábito de la fotoprotección en los niños, es esencial tu ejemplo.

¡Protégete tú también!