La costra láctea es una forma de dermatitis seborreica que se caracteriza por el desarrollo de placas escamosas con aspecto aceitoso en el cuero cabelludo del bebé. Suele aparecer en los primeros 3 meses de vida y en la mayoría de los casos desaparece por sí sola con el paso del tiempo.
Aunque la costra láctea no genera dolor o picor, ni supone un problema grave de salud del bebé, suele ser un motivo frecuente de consulta.
Se desconocen con certeza las causas de la costra láctea del bebé, si bien se barajan dos hipótesis sobre su origen.
La primera sugiere que las hormonas maternas que persisten en la sangre del bebé después del parto activan las glándulas sebáceas y desencadenan la producción excesiva de sebo.
En condiciones normales, el sebo ayuda a mantener hidratada la piel del bebé, pero su elevada producción hace que las células muertas de la última capa de la piel no se desprendan correctamente y queden adheridas.
La segunda hipótesis respalda la idea de un desequilibrio en la presencia excesiva de una levadura u hongo llamado Malassezia, que forma parte de la flora normal de la piel.
En los bebés con costra láctea, el hongo Malassezia descompone el sebo, consumiendo ácidos grasos saturados y liberando ácidos grasos insaturados. Este proceso da inicio a un círculo vicioso de acumulación de residuos.
La costra láctea se manifiesta en forma de costras o escamas de color amarillento de aspecto graso en el cuero cabelludo. En ocasiones, estas costras se desprenden fácilmente, pero a veces quedan fuertemente adheridas.
Este tipo de dermatitis seborreica también puede aparecer en otras áreas del cuerpo, como las orejas, los párpados, la nariz o la zona del pañal.
Prevenir la costra láctea es muy complicado, ya que se desconocen las causas últimas que la originan.
En todo caso, los padres deben tener claro que se trata de un trastorno benigno que no requiere un abordaje terapéutico específico, salvo aquel que ayude a aliviar los síntomas hasta que desaparezcan por sí solos.
En la mayoría de los casos, la costra láctea se resuelve por sí sola. No obstante, para evitar la acumulación de las escamas en el cuero cabelludo, se recomienda el lavado diario con un champú suave y el uso de lociones y aceites específicos para facilitar este proceso.
Si los síntomas persisten, es posible que el pediatra prescriba alguna crema antifúngica para reducir la concentración de Malassezia, que favorece la acumulación de residuos en el cuero cabelludo.
En las pieles más sensibles, la costra láctea puede causar picor y agrietar la piel. En estos casos, es importante consultar con el pediatra para que determine si es necesario aplicar tratamientos tópicos específicos que sean eficaces y seguros para el bebé, como los corticoides suaves.
Asimismo, la Asociación Española de Pediatría recomienda mantener una buena higiene de la piel del bebé, para lo que se deben utilizar jabones neutros, evitar las sustancias irritantes y el estrés.
Para eliminar la costra láctea, te recomendamos el uso de Uriage D. S. Emulsión Dermatitis Seborreicas Costra Láctea, 40 ml, especialmente formulada para calmar y reestructurar las pieles con irritaciones, escamas, rojeces y dermatitis seborreica.
También ayudan a mejorar la costra láctea las cremas y lociones que previenen y tratan la irritación cutánea habitual en los bebés, como la causada por la dermatitis del pañal.
Entre estas soluciones están Bepanthol Pomada Protectora Bebé, 100 g, para el cuidado diario de la piel del bebé; Isdin Baby Naturals Pomada Pañal ZN40, 100 ml, que evita y reduce la irritación cutánea; Expanscience Mustela Hydra Bebé Leche Corporal, 750 ml, que hidrata y suaviza la piel, dejándola sedosa y flexible; y Pranarom PranaBB Bálsamo Pectoral, 40 ml, bálsamo elaborado a partir de aceites 100 % ecológicos para bebés de más de 5 kg.
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