¿Qué es la 'preobesidad' y cuáles son sus riesgos?

Cada 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad, un momento destacado para considerar el aumento de esta condición y las nuevas maneras de abordarla tanto en diagnóstico como en tratamiento. Afortunadamente, la perspectiva de los profesionales sobre la obesidad está evolucionando, y recientemente, una comisión global compuesta por 76 organizaciones publicó en The Lancet Diabetes & Endocrinology sugerencias para distinguir entre la obesidad clínica y una nueva categoría llamada 'preobesidad'. 

Reconocer la 'preobesidad' como un estado previo a la obesidad clínica es esencial para entender los riesgos vinculados con un exceso de grasa corporal. Esta nueva clasificación facilita la implementación de métodos de prevención y tratamiento más efectivos antes de que se presenten complicaciones severas.

¿Qué es la 'preobesidad' y cómo se diagnostica?

Para responder a la pregunta "qué es la preobesidad" o “qué significa preobeso”, es importante comprender que se manifiesta como una fase temprana en el incremento excesivo de grasa corporal, donde, aunque aún no se observan daños en los órganos y tejidos, se eleva el riesgo de sufrir obesidad clínica y otras enfermedades no transmisibles, como la diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.

A diferencia del sobrepeso, que se define por un IMC entre 25 y 29.9 kg/m², la 'preobesidad' abarca una combinación de aspectos metabólicos, hormonales y de composición corporal, más que un simple control del peso. Se pueden emplear métodos como medir el porcentaje de grasa corporal, la bioimpedancia eléctrica y evaluaciones metabólicas para verificar si un individuo se encuentra en esta fase.

'Preobesidad' vs. sobrepeso: diferencias clave

Es fundamental distinguir entre 'preobesidad' y sobrepeso, dado que este último se basa únicamente en el índice de masa corporal (IMC), una métrica que ha sido razonablemente criticada, por su falta de precisión, al evaluar la adiposidad en personas individuales. La comisión de especialistas recomienda que el IMC se considere solo como una herramienta de selección y para estudios epidemiológicos, no como la única base para diagnosticar obesidad. 

Mientras que el sobrepeso puede indicar un aumento general en la masa corporal sin distinguir entre músculo y grasa, la 'preobesidad' se enfoca en el exceso de grasa y sus posibles efectos negativos en la salud. Esto implica que una persona con un IMC dentro de lo normal, pero con un alto porcentaje de grasa corporal puede estar en situación de ser preobeso.

Riesgos de la 'preobesidad' para la salud

Si bien la 'preobesidad' no causa complicaciones graves de inmediato, su desarrollo puede llevar a:

• Diabetes tipo 2. La resistencia a la insulina puede comenzar en las primeras etapas del aumento de grasa corporal.
   
• Enfermedades del corazón. La inflamación y problemas en el revestimiento de los vasos pueden surgir incluso antes de alcanzar un estado de obesidad severa.
   
• Trastornos en el metabolismo. Cambios en el metabolismo de las grasas en el cuerpo pueden aumentar el riesgo de dislipidemia, un trastorno metabólico caracterizado por niveles anormales de lípidos en la sangre. Esto incluye niveles elevados de colesterol total, colesterol LDL ("malo"), triglicéridos, o niveles bajos de colesterol HDL ("bueno").
   
• Presión arterial alta. La acumulación de grasa en el cuerpo puede elevar la presión arterial.
   
• Dificultades de salud mental. La forma en que se percibe el cuerpo y las preocupaciones sobre el peso pueden afectar la autoestima y el bienestar emocional.
   
• Apnea del sueño. Aunque es más común en personas con obesidad severa, algunos individuos con 'preobesidad' pueden sufrir problemas en la calidad del sueño como consecuencia de la distribución de la grasa.
   

¿Cómo combatir la 'preobesidad' y prevenir la obesidad?

1. Cambios en la alimentación. Es prácticamente un hecho que una alimentación balanceada es esencial para detener el avance de la 'preobesidad' hacia la obesidad clínica. Algunas sugerencias son:
    
   • Aumentar la ingesta de alimentos frescos y poco procesados.
      
   • Disminuir el consumo de azúcares refinados y grasas saturadas.
      
   • Garantizar un consumo suficiente de proteínas y fibra para promover la sensación de saciedad.
      
   • Evitar el consumo excesivo de alcohol, que añade calorías vacías y puede favorecer la acumulación de grasa.
      
2. Importancia del ejercicio físico. El ejercicio regular, como no podía ser de otra manera, contribuye a mejorar la composición corporal, prevenir la resistencia a la insulina y fortalecer el sistema cardiovascular. Se aconseja una combinación de:
    
   • Ejercicio aeróbico (como caminar, correr, nadar o montar en bicicleta) al menos 150 minutos cada semana.
      
   • Entrenamiento de fuerza para mantener la masa muscular y optimizar el metabolismo.
      
   • Actividades cotidianas, como utilizar las escaleras o caminar en lugar de ir en coche o usar el popular patinete eléctrico.
      

Factores hormonales y la 'preobesidad'

Las hormonas son cruciales en la gestión del peso corporal. Cambios en los niveles de leptina, insulina y cortisol pueden afectar la acumulación de grasa y el desarrollo de obesidad clínica.
La calidad del sueño y la gestión del estrés también son fundamentales en la prevención. Estos dos factores están recibiendo cada vez más atención en los tratamientos. Una psicoeducación adaptada es la mejor inversión para apoyar a quienes atraviesan estos desafíos.

¿Existe tratamiento farmacológico para la 'preobesidad'?

Aunque no hay un fármaco específico diseñado para la 'preobesidad' en este momento, ciertos medicamentos con prescripción médica que se emplean para tratar la obesidad podrían ser considerados en el futuro para esta fase temprana. No obstante, el enfoque prioritario continúa siendo el cambio en los hábitos de vida, mejorando la alimentación y practicando ejercicio físico.

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Mejorar la calidad de vida de las personas con exceso de peso

En conclusión, la 'preobesidad' es un concepto reciente que ayuda a detectar el exceso de grasa corporal antes de que cause problemas serios. Sin embargo, no es un término completamente nuevo, sino una categoría que ha sido objeto de estudio durante años y que, como toda nueva propuesta en salud, genera controversias. A pesar de ello, cualquier iniciativa que contribuya a mejorar la calidad de vida personal y social de las personas afectadas por el exceso de peso es una buena noticia y debe ser analizada desde un enfoque preventivo y basado en la evidencia.