Los brotes de listeriosis de origen alimentario, como el causado en nuestro país por carne mechada en mal estado en el verano de 2019, son un motivo importante de preocupación entre las embarazadas debido a las consecuencias que pueden tener en el bebé.
Afortunadamente, las infecciones por listeria son poco frecuentes gracias a las elevadas medidas de seguridad que se adoptan a lo largo de toda la cadena alimentaria. Aun así, se deben extremar las precauciones para prevenir la listeria en el embarazo.
La listeriosis es una enfermedad asociada al consumo de alimentos contaminados por Listeria monocytogenes, una bacteria muy extendida en el medioambiente. Esta enfermedad puede ser muy grave en las personas con un sistema inmune debilitado, en los mayores, niños pequeños y mujeres embarazadas.
La listeria se puede transmitir a las personas a través de los alimentos, por el contacto directo con animales infectados y de la embarazada al feto a través de la placenta.
Uno de los principales problemas que plantea la listeria es que es una bacteria muy resistente que puede sobrevivir en ambientes adversos, como bajas temperaturas, acidez, salinidad y falta de oxígeno. De hecho, es capaz de formar biofilms sobre alimentos y superficies que son muy difíciles de eliminar.
La cocción y la pasteurización permiten acabar con la listeria de los alimentos, pero es importante que las embarazadas extremen las precauciones, debido al impacto que la infección puede tener en su hijo.
Se estima que la incidencia de la listeriosis es de entre 2,5 y 12 casos por cada 100.000 embarazos y, aunque puede presentarse en cualquier momento de la gestación, es más frecuente en el tercer trimestre.
La infección de la madre puede alcanzar al feto y causar un aborto, un parto prematuro o un niño muerto. En el caso de que el embarazo llegue a término, puede aparecer un cuadro denominado granulomatosis infantiséptica, meningitis o meningoencefalitis, septicemia, disnea, lesiones cutáneas, mucosas o conjuntivales, entre otros trastornos.
La infección por listeria puede producir dos cuadros sintomáticos dependiendo de si es invasiva o no invasiva:
Además de estos síntomas, la listeria en la embarazada puede causar dolor lumbar, meconio y líquido amniótico maloliente.
El hecho de que al inicio los síntomas de la listeriosis sean inespecíficos y parecidos a un cuadro pseudogripal hacen difícil el diagnóstico. Por ello, ante cualquier signo de alarma, es importante acudir al médico y, en el caso de que se detecte la bacteria, iniciar el tratamiento antibiótico cuanto antes.
La mayoría de los casos de listeriosis están relacionados con la transmisión alimentaria debido a una falta de higiene, manipulación inadecuada o contaminación cruzada a lo largo de la cadena alimentaria o en el hogar.
Alimentos con mayor riesgo de contaminación por Listeria monocytogenes:
Es fundamental entender cómo muere la listeria y a qué temperatura lo hace para poder manejar correctamente los alimentos, a continuación te damos algunas indicaciones para prevenir el contagio.
Además de evitar o preparar adecuadamente los alimentos con mayor riesgo de contaminación, la Agencia Española Seguridad Alimentaria y Nutrición ofrece las siguientes recomendaciones para prevenir el contagio de listeria en el embarazo:
Para asegurarte de mantener una buena salud durante el embarazo, es fundamental seguir una dieta equilibrada y tomar medidas preventivas contra infecciones alimentarias. Si quieres más consejos, consulta nuestro decálogo para disfrutar del verano sin salmonelosis y sigue nuestra guía sobre alimentación en el embarazo.
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