La enfermedad celiaca es una intolerancia al gluten que, en individuos predispuestos genéticamente, produce una lesión grave en la mucosa del intestino y en las vellosidades intestinales, dificultando la absorción adecuada de los nutrientes de los alimentos. Por eso, cada vez que los celiacos consumen un alimento que contiene gluten, desarrollan alteraciones gastrointestinales.
La enfermedad celiaca es multisistémica y tiene una base autoinmune. En España, 1 de cada 357 adultos la padecen y cerca del 75 % están sin diagnosticar.
El tratamiento de la celiaquía más efectivo disponible es una dieta estricta sin gluten de por vida. Se trata de la única manera de que desaparezcan los síntomas, se normalice la serología y se corrija la atrofia de las vellosidades intestinales.
Tal y como se recoge en el artículo de Welnia ¿Cuánto sabes de la enfermedad celiaca?, el gluten es una proteína que se encuentra en las semillas de los cereales, principalmente en el trigo, la cebada, el centeno y sus derivados, y algunas variedades de avena. Hay que tener mucho cuidado porque algunos embutidos, fiambres, platos preparados, chucherías…, contienen trazas de estos cereales y los celiacos no los pueden tomar.
Los síntomas más frecuentes de la enfermedad celiaca son:
No obstante, hay que tener en cuenta que una persona con celiaquía puede no desarrollar estos síntomas, lo que en ocasiones dificulta la detección.
El diagnóstico de la enfermedad celiaca se hace siempre teniendo en cuenta una sospecha clínica por los síntomas que presenta el paciente, si tiene antecedentes familiares o una enfermedad que se pueda relacionar con la intolerancia al gluten.
El primer paso es hacer un análisis de sangre para conocer los marcadores serológicos de enfermedad celiaca: anticuerpos antigliadina, antiendomisio y antitransglutaminasa tisular.
Para un correcto diagnóstico, también hay que llevar a cabo una biopsia intestinal, en la que se recoge una muestra de tejido del intestino delgado superior para ver si está o no dañado. Es importante que las personas en las que se sospecha una celiaquía sigan tomando alimentos con gluten durante el estudio para conocer el estado de sus vellosidades intestinales.
El último paso es ver cómo reacciona la persona una vez que se ha retirado el gluten de su dieta.
El 16 de mayo se celebra el Día de la Enfermedad Celiaca, jornada que tiene como objetivo visibilizar a las personas con esta enfermedad y dar a conocer las dificultades con las que se encuentran en su día a día, entre las que se incluyen las económicas.
Una familia con una persona celiaca gasta anualmente una media de 1.536,83 euros en productos específicos para celiacos, es decir, en productos sin gluten, lo que supone 538,98 euros más que lo que paga la población general por esos mismos alimentos o productos genéricos, que es un total de 997,85 euros al año, según el Informe de precios de productos específicos para personas celiacas 2023 elaborado por la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE).
En concreto, los celiacos se tienen que gastar 11,23 euros más a la semana o 44,92 euros más al mes que la población general para alimentarse de una forma similar. Cuando hay dos o tres miembros con enfermedad celiaca en una misma familia, se resiente aún más el bolsillo porque las cantidades antes mencionadas se duplican o triplican.
Esta diferencia de precios se puede deber a que las materias primas con las que se elaboran los productos sin gluten tienen un mayor coste. A esto hay que sumar que tienen que someterse a mayores controles de calidad para garantizar que no contienen ninguna traza.
El incremento del precio de la energía también ha contribuido a aumentar el precio de todos los productos, incluidos aquellos sin gluten.
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