¿Qué beneficios nutricionales aportan el café y el té?

Después del agua, el té y el café son las dos bebidas más consumidas del planeta. Ambas contienen gran cantidad de antioxidantes, flavonoides y otras sustancias biológicamente activas que pueden ser beneficiosas para la salud, según recoge la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en Massachusetts (Estados Unidos).

¿Qué tienen en común café y té? La cafeína, aunque cada una de estas bebidas contiene una cantidad diferente de esta sustancia de sabor amargo. Mientras que el café contiene 40 miligramos de cafeína por cada 100 gramos, el té tiene 11 miligramos de cafeína por cada 100 gramos. No obstante, el contenido real de cafeína de una taza de café o té puede variar bastante porque en este influyen factores como el tiempo de procesamiento y la elaboración. 

Además de la cafeína, café y té tienen polifenoles en su composición, unas sustancias químicas vegetales, consideradas como principales antioxidantes de la dieta, que son beneficiosas a nivel cardiovascular. 

¿Qué aporta cada una de estas dos bebidas? Harvard destaca, a partir de diferentes investigaciones publicadas, que el consumo de 3 a 5 tazas estándar de café al día -cantidad que se considera moderada por las Guías Alimentarias para los Estadounidenses- se ha asociado de manera consistente con una reducción del riesgo de varias patologías. Es el caso de las enfermedades cardiovasculares -incluyendo enfermedad cardiaca, ictus, infarto y muertes por estas condiciones-, de la diabetes tipo 2 y de la formación de cálculos biliares o piedras en la vesícula.

Sobre el té, esta Escuela de Salud Pública comenta que los estudios en animales sugieren beneficios potenciales para la salud debido a su alto contenido de polifenoles. Los estudios en humanos han sido menos concluyentes, pero se muestran prometedores. En concreto, la investigación observacional ha encontrado que el consumo de 2 a 3 tazas diarias de té se asocia con un riesgo reducido de muerte prematura, enfermedad cardiaca, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2.

Beneficios del café

La cafeína contenida en el café, por un lado, estimula el sistema nervioso central, lo que puede hacer que la persona que consuma esta bebida se sienta más despierta y con un impulso de energía. Asimismo, esta sustancia es diurética, lo que significa que, al aumentar la producción de orina, ayuda al organismo a deshacerse de agua y sal extras. La cafeína, aunque alcanza su nivel máximo en sangre durante la hora posterior a su consumo, se pueden seguir sintiendo los efectos sus efectos durante cuatro o seis horas.

Si bien el agua es siempre la mejor opción para saciar la sed, el café puede contribuir al objetivo diario de ingesta de líquidos. Aunque la cafeína tiene un efecto diurético, se compensa con la cantidad total de líquido del café.

Los polifenoles del café y el té son antioxidantes que se consideran beneficiosos para el corazón

El café también es fuente nutricional de:

• Vitamina B2 (riboflavina), que contribuye al mantenimiento normal de los glóbulos rojos.
   
• Magnesio, un mineral que contribuye a mantener el funcionamiento normal de los músculos (incluido el músculo cardíaco) y a la reducción del cansancio y la fatiga. Asimismo, ayuda al funcionamiento normal del sistema nervioso, a la síntesis normal de proteínas y al mantenimiento de huesos y dientes.

Por el contrario, desde Harvard advierten de que hay que tener cuidado con las calorías ocultas en las bebidas de café. Una taza de café negro es una bebida muy baja en calorías: unos 230 mililitros contienen 2 calorías. Pero, al agregar azúcar, nata y leche, el recuento de calorías puede aumentar hasta más de 100 calorías por una sola taza (52 calorías de una cucharada de nata, 9 calorías de una cucharada de leche entera y 46 calorías de una cucharada de azúcar). 

El peligro calórico real se presenta en los cafés tipo moca especiales, el café con leche o las bebidas de café con hielo mezclado. Estas bebidas suelen ser de gran tamaño y pueden contener entre 200 y 500 calorías, así como una gran cantidad de azúcar. Por eso, es mejor disfrutar de estas bebidas como si fuera un postre y optar de manera regular por el café solo mínimamente endulzado.

Es posible que algunas personas no toleren cantidades altas de cafeína debido a que les provocan síntomas de nerviosismo, ansiedad, insomnio e irritación de estómago. Se debe limitar o evitar la cafeína en estos casos:

• Embarazo, ya que la cafeína pasa al feto a través de la placenta.
   
• Estar en periodo de lactancia, ya que incluso una pequeña cantidad de cafeína puede pasar al bebé a través de la leche materna.
   
• Problemas de sueño, incluyendo el insomnio.
   
• Migrañas u otros dolores de cabeza crónicos.
   
• Ansiedad.
   
• Reflujo gastroesofágico o úlcera.
   
• Ritmo cardiaco rápido o irregular.
   
• Presión arterial alta.
   
• Ser niño, puesto que son más sensibles a los efectos de la cafeína.

El café descafeinado es una buena opción en los casos de mayor sensibilidad a la cafeína y, según Harvard, ofrece beneficios para la salud similares a los del café con cafeína.

Composición del té y por qué evitar beberlo muy caliente

El té se prepara vertiendo agua caliente sobre las hojas curadas de la planta Camellia sinensis. Su sabor varía según el lugar donde se cosechan las hojas de té y cómo se cultivan y procesan. El té negro es el más popular en todo el mundo, seguido del té verde, té rojo y té blanco. Los tés de hierbas o infusiones no están hechos de la planta Camellia, sino de hierbas secas, especias, flores, frutas, semillas, raíces u hojas de otras plantas, y, normalmente, no contienen cafeína como los tés tradicionales. 

La composición nutricional del té es la siguiente:

• Cafeína: los tés tradicionales, no los de hierbas.
   
• Polifenoles: flavonoles; teaflavinas, que se forman cuando las hojas de té negro se oxidan; y las catequinas, que se encuentran en el té verde.

La mayoría de los tés tradicionales no contienen una cantidad significativa de nutrientes, pero son ricos en polifenoles. Estos son productos químicos vegetales que le dan a los tés su sabor y aroma distintivos y pueden tener propiedades antioxidantes que benefician a la salud.

Por último, Harvard recoge que, aunque se necesitan ensayos controlados aleatorios para confirmar si esta asociación perjudicial es causal, podría haber un mayor riesgo de cáncer de esófago y estómago por beber de manera frecuente té demasiado caliente.