Para envejecer mejor también es esencial beber agua: ¿por qué?

Para envejecer mejor también es esencial beber agua: ¿por qué?
Redacción Welnia
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Welnia

jul 5, 2023
Una correcta hidratación puede ralentizar el proceso natural de envejecimiento y disminuir el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades crónicas.

Nuestro organismo está principalmente formado por agua, que está presente en todas nuestras células y órganos y supone hasta el 65 % de nuestro peso total en la juventud. 

Mantenernos hidratados es fundamental para el correcto funcionamiento del organismo, pero, además, puede ser clave para ralentizar el proceso de envejecimiento, retrasar o prevenir algunas enfermedades crónicas. Así lo demuestra un estudio realizado por investigadores del Laboratorio de Medicina Regenerativa Cardiovascular, perteneciente a los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

La investigación, publicada en la revista científica eBioMedicine, ha contado con la participación de 11.255 personas a las que se hizo un seguimiento medio de 25 años y en las que se analizó la relación de los niveles de sodio en sangre -que se elevan cuando hay un bajo consumo de líquidos-, con hasta 15 indicadores de salud, como la presión arterial o las cifras de colesterol y glucosa.

Los datos analizados en este estudio se recabaron en distintas visitas médicas realizadas por los participantes, la primera de ellas cuando tenían 50 años y la última entre los 70 y los 90 años. Fueron excluidas de la investigación las personas que ya tenían niveles séricos de sodio elevados o enfermedades que pudieran afectar a los niveles de sodio en sangre.

Los resultados mostraron que las personas con niveles de sodio sérico situados en el extremo superior del rango que se establece como normal tenían un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas y de presentar un envejecimiento biológico avanzado, en comparación con las personas con niveles séricos de sodio en rangos medios o bajos. Asimismo, los niveles más elevados de sodio, incluso dentro del rango de normalidad, se relacionaron con un mayor riesgo de insuficiencia cardiaca y de muerte prematura.

El rango considerado normal de sodio sérico valorado en el estudio se situó entre 135–146 milimoles por litro (mmol/L). Por lo tanto, los participantes con cifras superiores a 142 mmol/L tenían entre un 10 y un 15 % más probabilidades de presentar un envejecimiento biológico superior al que les correspondería por edad en comparación con los que tenían niveles en torno a los 137-142 mmol/L. Entre los que tenían niveles superiores a 144 mmol/L, el riesgo de envejecimiento prematuro aumentaba un 50 %. 

En cuanto a las probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas, el riesgo de insuficiencia cardiaca, ictus, fibrilación auricular, enfermedad pulmonar crónica, diabetes o demencia fue mayor entre quienes tenían niveles séricos de sodio de 142 mmol/L. Sin embargo, quienes presentaban niveles más bajos de sodio en sangre (entre 138 y 140 mmol/L) tenían un menor riesgo de desarrollar estas enfermedades.

Estos datos sugieren que mantener unos niveles adecuados de hidratación podría retrasar el envejecimiento, reducir el riesgo de desarrollar algunas enfermedades crónicas y prolongar la esperanza de vida.

Se recomienda beber, como mínimo, 2 litros de líquido a lo largo del día, preferiblemente agua, y no esperar a tener sed para hidratarse.

Cómo mantener una buena hidratación

Además de afectar al proceso de envejecimiento, la falta de hidratación tiene un impacto directo inmediato en la salud. De hecho, la deshidratación puede causar fatiga, hipotensión, mareos, taquicardias, calambres o contracturas musculares y, en situaciones extremas, pérdida de conocimiento, coma y la muerte. 

Es importante mantener unos niveles adecuados de hidratación en cualquier situación, pero sobre todo cuando aumentan las temperaturas o se hace deporte. En este último caso, se estima que una deshidratación de entre el 2 y el 5 % puede disminuir el rendimiento físico entre un 20 % y un 50 %. 

También deben extremar la precaución los niños y los ancianos, pues están más expuestos a los efectos de la deshidratación. 

Para mantener un buen nivel de hidratación, puedes seguir estas recomendaciones:

  • Como recomendación general se deben beber 2 litros de líquido a lo largo del día, preferiblemente agua, si bien esta cantidad puede variar dependiendo de la persona. Se pueden tener en cuenta aquellos alimentos que contienen gran cantidad de agua en su composición (como algunas frutas) en ese consumo diario de 2 litros. Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia deben beber unos 3 litros al día.
     
  • No esperes a tener sed para beber agua, ya que es posible que para cuando aparezca la sensación de sed ya tengas cierto nivel de deshidratación.
     
  • Aprende a reconocer los síntomas de deshidratación, como sed, sequedad de mucosas y de piel, orina oscura, concentrada y en menor cantidad; somnolencia, cansancio y dolor de cabeza.
     
  • Bebe agua antes, durante y después de hacer ejercicio, y antes de salir de casa.
     
  • Acostúmbrate a llevar contigo una botellita de agua para hidratarte a lo largo del día.
     
  • Aumenta la hidratación en situaciones de calor o ante síntomas como fiebre, diarrea, vómitos, etc.
     

Para más recomendaciones sobre cómo mantenerte bien hidratado, no dejes de consultar el artículo Alerta en verano: no descuides tu hidratación.

Fuente:

  • Middle-age high normal serum sodium as a risk factor for accelerated biological aging, chronic diseases, and premature mortality. eBioMedicine.
     
  • Empieza el verano, no olvides los 6 pasos para hidratarte correctamente. Instituto de Investigación Agua y Salud.
     
  • Importancia de la hidratación. Fundación Española del Corazón. 
     
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