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Aprende a organizar la nevera por higiene y practicidad
Aprende a organizar la nevera por higiene y practicidad
Santiago Rodrigo Carmena
Chef y experto en Nutrición y Dietética
nov 19, 2022
¿Qué criterios podemos seguir para ordenar el frigorífico? ¿Cómo hacer una limpieza a fondo de la nevera? Aquí te contamos todos los trucos.
La primera regla para tener un frigorífico decente es tener un sistema de organización: cada tipo de producto debe ocupar su lugar. Esto es más importante que cualquier otro tema como qué parte es más fría o más caliente o qué alimentos pueden estropearnos otros (aunque también lo veremos aquí, por supuesto).
Este sistema de organización nos permitirá saber dónde está o dónde tengo que colocar cada cosa antes incluso de abrir el frigorífico, lo que reducirá el gasto energético al tener la nevera menos tiempo abierta y, sobre todo, evitará ese típico limón olvidado detrás de latas de bebida y quesos, que ya está duro como una piedra y de color marrón. Así reduciremos el desperdicio alimentario (en 2021, cada español tiró 28 kilogramos de comida a la basura), lo cual tendrá un impacto positivo tanto para nuestro bolsillo como para el planeta.
Criterios para organizar la nevera
A continuación, te proponemos una serie de criterios en los que podrás basarte para crear el sistema definitivo que te ayude a optimizar uno de los electrodomésticos más esenciales de todo hogar.
En primer lugar, teniendo en cuenta la higiene o seguridad alimentaria, debemos prestar atención a los alimentos que sean potenciales contaminantes de otros cercanos, poniendo especial cuidado en las carnes y pescados crudos. La mejor opción es ponerlos en la parte más baja y sin tener contacto con otros alimentos, ya que así evitamos que, si gotean, el líquido se vierta sobre otros productos.
Según la temperatura, en la parte superior colocaremos refrescos y sobras, puesto que son los elementos que menos frío necesitan para su conservación y esta suele ser la zona menos fría, mientras que en las baldas intermedias conservaremos preferiblemente los lácteos, el pan y productos animales no crudos como los embutidos o salazones.
Los cajones inferiores, en caso de disponer de ellos, son perfectos para almacenar carnes y pescados crudos, ya que esta suele ser la zona más fría porque el aire caliente siempre va hacia arriba y porque, en muchos casos, es la más cercana al congelador.
En la puerta, la zona más caliente por los cambios de temperatura al abrir y cerrar el frigorífico, podemos servirnos de las baldas habitualmente más estrechas y altas para guardar botellas de agua, algunas salsas, mermeladas, huevos, aceitunas o pepinillos.
Por último, hay que tener en cuenta la practicidad. Para esto es importante ubicar las zonas más visibles o accesibles de nuestra nevera, que suelen ser las baldas superiores y la puerta; en ellas tiene sentido priorizar la colocación de los alimentos que utilicemos más a menudo.
Lo mismo ocurre con la parte delantera de cada una de las baldas: aquí la mejor opción siempre será tener las cosas que necesitemos más a mano o de las que no podamos olvidarnos por tener una fecha de caducidad más cercana, pudiendo relegar a un segundo plano aquellas otras a las que solamos acudir con menor asiduidad, siempre sin olvidarnos de ellas.
Si queremos dar un salto de calidad, el consejo definitivo a la hora de conseguir una organización más práctica del frigorífico es sacándole el máximo partido a los espacios. Para ello, podemos valorar la posibilidad de invertir en útiles de almacenaje como cajones, divisores de baldas u organizadores. Una forma muy inteligente de tener siempre a mano todos los alimentos, incluso los que se encuentran en el fondo de la nevera, es mediante el empleo de las llamadas lazy susans o plataformas giratorias.
Si sueles almacenar botellas tumbadas en una balda estrecha para aprovechar el espacio, un truco que puede facilitarte la tarea es colocar un pedazo de goma en la base del estante para evitar que rueden.
¿Por dónde empezar a ordenar el frigorífico?
Como existen muchos modelos de nevera distintos, si te propones seguir esta guía al pie de la letra, cabe la posibilidad de que en la tuya te encuentres con un conflicto de intereses entre criterios. Por poner un ejemplo, la zona más fría del frigorífico es la superior y, por temperatura, aquí se debería almacenar la carne y el pescado, mientras que por higiene se recomienda conservarlos en la balda inferior. En estos casos, recomendamos priorizar siempre la higiene para evitar contaminaciones, ya que en la cocina, como en la carretera, tu seguridad es lo primero.
Si crees que necesitas empezar de cero, haz una limpieza a fondo. ¿Cómo? Te contamos los pasos:
Saca todo lo que tengas en el frigorífico.
Tira lo que esté caducado o se haya puesto malo.
Mete lo demás en una nevera portátil.
Lava bien con agua caliente y jabón todas las partes que puedas sacar en la pila. Si hay alguna parte de cristal, deja que se atempere antes de meterla bajo el agua caliente para que no se rompa con el cambio de temperatura.
Limpia el frigorífico por dentro y sécalo muy bien antes de poner las piezas de nuevo, que también deberán estar totalmente secas.