Hacer ejercicio físico con regularidad es bueno: reporta importantes beneficios para la salud mental, pero también reduce el riesgo de desarrollar otras patologías importantes. Así lo demuestra un estudio centrado en el deporte y la salud mental que se publica en la revista científica Nature Aging.
Según este trabajo, las personas que hacen ejercicio físico al menos 150 minutos a la semana con un 50 % de actividad física moderada-vigorosa total en 1-2 días, los que se conocen como “guerreros de fin de semana”, tienen menos riesgo de demencia, ictus, párkinson, trastornos depresivos y ansiedad si se comparan con quienes dedican menos tiempo al deporte. Por eso, los investigadores consideran que las personas que no pueden hacer ejercicio varios días a la semana también pueden obtener estos beneficios practicando deporte solo el fin de semana.
El estudio se ha llevado a cabo en 75.629 participantes cuyos datos de acelerometría están validados por el Biobanco del Reino Unido. Estas personas se clasificaron en tres grupos: los inactivos, es decir, los que hacían menos de 150 minutos de ejercicio moderado a la semana; los “guerreros de fin de semana”, que practicaban deporte unos 150 minutos semanales, de los cuales al menos el 50 por ciento era moderado-vigoroso, durante uno o dos días a la semana, y los regularmente activos, que hacían el mismo ejercicio que los “guerreros de fin de semana”, pero distribuido en más días a la semana.
Hacer ejercicio físico es mucho más que quemar calorías. Distintos estudios respaldan que el ejercicio físico tiene una repercusión en la salud mental y es una terapia natural contra la ansiedad y la depresión, lo que hace que mejore nuestro estado de ánimo y nuestra salud emocional. También previene el deterioro cognitivo y mejora la calidad de vida en general.
Los beneficios del deporte en la salud mental se basan en la liberación de endorfinas, que contribuyen a la reducción del estrés y la ansiedad, mejorando la estabilidad emocional y la calidad de vida.
Además, la actividad física induce cambios neuroplásticos que benefician la función cognitiva. El aumento del flujo sanguíneo cerebral y la liberación de factores neurotróficos promueven la neurogénesis y la sinaptogénesis, lo que hace que la plasticidad neuronal y la capacidad de aprendizaje y memoria sean más activas. También tiene un papel importante en la regulación de neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina, lo que hace que aumente la sensación de bienestar.
Ya hemos comentado que las personas que hacen ejercicio físico, aunque sea solo 1 o 2 días a la semana, eso sí, de forma intensa y durante un tiempo determinado, obtienen beneficios para su salud neurológica.
Tal y como se detalla en el estudio, estas personas, llamadas “guerreros de fin de semana”, tienen un 23 % menos de riesgo de demencia, porcentaje que se reduce al 13 % cuando hablamos de ictus y se sitúa en el 49 % en el caso del párkinson.
Entre los ejercicios que son más beneficiosos para el cerebro están:
El ejercicio también ayuda a dormir mejor y a descansar, puesto que con la realización del ejercicio se liberan endorfinas. Eso sí, es importante no hacer ejercicio justo antes de ir a dormir, que transcurran entre dos y tres horas entre terminar la actividad física e ir a la cama.
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