Si durante el verano no quieres perder el hábito de practicar ejercicio, ten en cuenta varios consejos para evitar las complicaciones debidas a las altas temperaturas
Ahora que ha llegado el buen tiempo, es habitual ver a más gente practicando deporte al aire libre. Pero no es lo mismo ejercitarse al aire libre durante el verano, que hacerlo en otoño o invierno. En verano, se deben tomar medidas para evitar los “temidos golpes de calor” de esta época del año.
¿Qué es un golpe de calor? Se origina cuando la temperatura corporal sube por encima de los 40ºC. Esta situación puede producirse como consecuencia de una exposición prolongada al sol, a altas temperaturas o debido a la realización de un esfuerzo físico intenso en ambientes calurosos, muy húmedos o con poca ventilación. Ante estas situaciones, el cuerpo sufre importantes pérdidas de agua y tiene dificultades para regular su temperatura por los mecanismos habituales como la sudoración, produciéndose, como consecuencia, un aumento de la temperatura corporal.
Los signos principales de alerta son: fiebre alta, cambios en el estado mental o el comportamiento como confusión, agitación, dificultad en el habla; calor, piel seca o sudoración excesiva; náuseas y vómitos; piel enrojecida; pulso acelerado; respiración agitada y dolor de cabeza.
En España, es frecuente que estos episodios ocurran en los meses de junio, julio y agosto, cuando se superan los 40 °C de temperatura.
Por tanto, el riesgo más grave derivado de las altas temperaturas es el golpe de calor, pero existen también episodios menos graves, que, de no tratarse, pueden derivar en problemas más serios. Estos son:
- Insolación. Se manifiesta por un intenso dolor de cabeza después de haber estado expuestos al sol.
- Calambres. Suelen aparecer a causa de la deshidratación.
- Síncope. Son desmayos provocados por la falta de riego cerebral tras estar expuestos al sol. Ocurren con frecuencia en personas con la tensión arterial baja.
- Agotamiento por calor. Provoca síntomas muy parecidos a los del golpe de calor como debilidad, alteraciones visuales, dolor de cabeza, vómitos o desvanecimiento.
Ante la presencia de alguno de estos episodios, las recomendaciones son siempre protegerse inmediatamente del calor, hidratarse, descansar y consultar a un profesional sanitario en caso de que los síntomas duren más de una hora.
Consejos a tener en cuenta para practicar deporte en verano con SEGURIDAD
- Observa la temperatura e infórmate de cómo va a ser el tiempo que se espera para todo lo que dure tu actividad planificada al aire libre.
- Haz deporte a primera hora de la mañana o al caer la tarde, evitando las horas centrales del día.
- Reduce la intensidad del ejercicio practicado si fuera necesario.
- Hidrata, hidrata, hidrata. Conviene hidratarse en todas las fases del ejercicio: antes, durante y después de realizarlo. Otra opción es hidratarse con bebidas isotónicas, ya que en algunos casos pueden aportar sales minerales que se pierden durante la actividad.
- Usa ropa cómoda y ligera. Es importante que se trate de un material transpirable para eliminar el sudor con más facilidad. Es aconsejable usar prendas de algodón o tejido técnico especializado. Utiliza gorra y gafas de sol.
- Refresca tu cuerpo: echarse agua por encima del cuerpo sirve para eliminar el calor de la piel sin perder el agua corporal.
- No olvides la protección solar. Sea a la hora que sea, es importante proteger la piel de los rayos del sol para evitar quemaduras solares u otras lesiones dermatológicas.
- Come ligero y deja que pase un rato desde la ingesta hasta realizar ejercicio para evitar un corte de digestión. Asimismo, es importante consumir más frutas y verduras para combatir el calor, ya que aportan agua y son fuente de vitaminas y minerales.
- Escucha a tu cuerpo. Tanto si se practica deporte de manera habitual como si no, el verano endurece las condiciones para hacerlo, por lo que, si durante el ejercicio, sientes algún tipo de malestar (como calambres, mareos, náuseas, fatiga), para la actividad. Si no se está acostumbrado al ejercicio periódico, lo mejor es decidirse por una intensidad moderada, que no suponga esfuerzo en exceso.
- No termines bruscamente. Conviene finalizar el ejercicio caminando durante unos minutos para volver a un estado de reposo de manera progresiva.
Recuerda que lo importante es hacer que la práctica deportiva sea satisfactoria y sin riesgos para su salud.