Hacer ejercicio, como andar o correr, tiene muchos beneficios para la salud y por eso suele encabezar la lista de propósitos para el nuevo año. Entre los beneficios de andar o correr están la disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad. Además, la actividad física, en general, mejora el estado de ánimo reduciendo los niveles de estrés y ansiedad.
Pero ¿cuánto ejercicio hay que hacer para obtener los beneficios de andar o correr? ¿Se debe andar o correr con una intensidad determinada?
Tal y como recoge la Pirámide de la actividad física para una vida saludable de la Sociedad Española de Cardiología, se recomienda hacer al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico de baja-moderada intensidad o 75 minutos de ejercicio intenso a la semana. Esta actividad física debe combinar ejercicios aeróbicos para la mejora cardiovascular, como andar, correr o montar en bicicleta, y ejercicios de fuerza con pequeños pesos y muchas repeticiones para fortalecer los músculos y revertir la fragilidad asociada al envejecimiento. Sin embargo, no solo es importante el tiempo dedicado al ejercicio, sino también la intensidad con la que se realiza.
Un estudio realizado por investigadores del Centro de Investigación Biomédica de Leicester y de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, analizó el impacto en la salud del volumen de actividad física -la intensidad de la actividad multiplicada por el tiempo- y demostró que la actividad física vigorosa ofrece mayores beneficios que la moderada, aunque el tiempo de ejercicio en el primer caso sea menor.
Esta investigación contó con la participación de más de 88.000 personas registradas en un biobanco del Reino Unido, en las que se monitorizó la actividad física mediante un acelerómetro durante 7 días. Según los resultados, las tasas de enfermedad cardiovascular fueron un 14 % más bajas cuando la actividad física intensa representaba el 20 % del gasto energético total de la actividad física, en comparación con cuando este gasto total representaba el 10 %, incluso en los individuos que tenían niveles bajos de actividad.
La diferencia entre un gasto energético total en un caso y en el otro equivaldría a convertir una caminata moderada de 14 minutos en una caminata intensa de 7 minutos. Por lo tanto, andar menos tiempo pero a mayor intensidad puede ser más beneficioso para el corazón que andar durante más tiempo pero a un ritmo ligero.
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Por último, si quieres saber por qué es importante estirar después de entrenar, lee el artículo ¿Qué estiramientos hacer después de correr?.
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