Rosácea: cuidados más allá de la piel

Rosácea: cuidados más allá de la piel
Redacción Welnia
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Welnia

dic 17, 2021
En invierno son frecuentes los brotes de rosácea, por lo que los pacientes con dicha enfermedad deben extremar las medidas para evitar exponerse a los desencadenantes más frecuentes, además de mantener los cuidados básicos de su piel: tratamientos dermatológicos adecuados, una buena rutina cosmética y mucha paciencia.

La rosácea es una enfermedad crónica de la piel que afecta generalmente a las áreas centrales de la cara (frente, nariz, mejillas) y aparece, sobre todo, a partir de los 30 años. En nuestro entorno, esta patología afecta a un 10% de la población, representando aproximadamente el 3-5% de las consultas dermatológicas, aunque probablemente esté infradiagnosticada.

¿Cuáles son los síntomas de la rosácea?

En los casos leves de rosácea suele evidenciarse una tendencia al enrojecimiento facial -rubefacción–, inicialmente transitorio y posteriormente permanente, con aparición de pequeñas venas dilatadas en las mejillas (telangiectasias o cuperosis).

En casos más severos, surgirán lesiones que simulan el acné, con granos rojos o incluso con pus. En algunas personas puede observarse incluso un engrosamiento cutáneo de determinadas áreas de la cara, especialmente la nariz, denominándose a esta alteración rinofima.

Las personas con rosácea generalmente presentan episodios frecuentes y repentinos de enrojecimiento facial desencadenados por múltiples estímulos, tanto psíquicos (vergüenza, nerviosismo, etc.) como físicos (cambios de temperatura, ejercicio físico, exposición al sol). En una etapa más avanzada suelen aparecer granos, predominantemente en los pómulos pero también en la frente, nariz y barbilla.

¿Qué debes evitar a toda costa si tienes rosácea?

Se dan una serie de factores que incrementan la frecuencia e intensidad de los episodios de enrojecimiento y el cuadro asociado de rosácea. Entre ellos se encuentran:

  • Ingesta de alcohol
  • Comidas picantes o muy calientes
  • Exposición al frío y al viento
  • Exposición al sol o cambios repentinos de temperatura
  • Uso de cosméticos (especialmente aquellos que contienen sustancias irritantes)
  • Estados de ansiedad y nerviosismo
  • Algunos medicamentos como los corticoides orales y tópicos y algunos fármacos vasodilatadores

¿Cómo se trata?

En el diagnóstico de rosácea no se utiliza ninguna prueba específica, y el especialista se basa en los síntomas y la información proveniente de la historia clínica. En este sentido y en función de la clase de rosácea que padece el paciente se establecerá el tratamiento, que suele consistir en la administración de antibióticos tópicos u orales, que generalmente conllevan una respuesta satisfactoria. La duración del tratamiento requerido dependerá de cada paciente y lo establecerá el dermatólogo para controlar los síntomas y evitar recaídas.

Cuidados básicos de la piel con rosácea

  • Limpieza suave. La piel deberá limpiarse de forma suave sin frotar, y evitando los productos astringentes o exfoliantes, así como los que contengan alcohol. Es importante prestar atención a la rutina de limpieza diaria usando para ello leches, aguas micelares, agua termal o cremas limpiadoras.
  • Cosmética específica. La cosmética indicada para personas con rosácea ha de ser específica para pieles sensibles. Además, pueden necesitar productos con principios activos antirrojeces, calmantes o antiinflamatorios.
  • Hidratación. Conviene hidratar la piel a menudo, especialmente cuando se está al aire libre y se recomienda evitar ambientes calurosos y húmedos, lo mismo que los fríos y ventosos. En este sentido, cabe recordar que la piel con rosácea sufre una pérdida transepidérmica de agua mayor que la de las pieles normales. Es decir, se deshidrata fácil y rápidamente, por lo que hay que aplicar crema hidratante a menudo.
  • Protección solar alta. Usar durante todo el año evitando la exposición directa al sol. Evitar la radiación solar es fundamental en cualquier persona; si se tiene rosácea es vital, ya que el sol es uno de los principales enemigos de la rosácea.

Una vez diagnosticada la enfermedad y pautado el tratamiento por parte del dermatólogo, te ayudará tener a mano especialistas como el farmacéutico que te ayuden en su cuidado y control. Para ello la farmacia es lugar perfecto para a mantener a raya la rosácea y recibir el mejor de los dermoconsejos…

 

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