Desde hace algunos años, motivados por la sostenibilidad y el uso de ingredientes más ecológicos y respetuosos con el cuero cabelludo y la piel, se han desarrollado nuevos tipos de champú, como los champús secos o sólidos, alternativas eficaces a los tradicionales champús líquidos.
Las propiedades limpiadoras varían sobre todo en el caso del champú seco, que actúa principalmente absorbiendo la grasa, el sudor y la suciedad, proporcionando sensación de frescura. En cambio, los champús sólidos y líquidos, permiten “capturar” la suciedad, grasa e impurezas del cuero cabelludo, retirándolas gracias a los tensioactivos y a las sustancias detergentes que se eliminan con el agua.
Estos ingredientes están en mayor cantidad en el caso de los champús líquidos, y son los responsables de la eliminación de la barrera protectora natural de la piel, de naturaleza grasa, por lo que su uso muy frecuente o la utilización de un tipo de champú no adecuado a nuestro tipo de piel y cabello, afecta a su integridad, provocando picores, irritación y descamación del cuero cabelludo.
Los champús sólidos contienen menor cantidad de estos ingredientes o incluso no los llevan, lo que los hace más respetuosos con la piel.
Si te gusta la opción del champú sólido, debes tener en cuenta que al llevar menos tensioactivos en su fórmula o carecer de ellos, genera menos espuma que los champús líquidos, lo que te puede llevar a pensar, en un primer momento, que la limpieza no se está realizando de la manera correcta, pero nada más lejos de la realidad. El cabello y la persona que lo utilizan deben pasar un período de adaptación para acostumbrarse a esa sensación de limpieza diferente a la que genera un champú líquido.
En el caso de los champús secos, es recomendable que su uso sea ocasional, ya que realmente no va a limpiar el cabello en profundidad. El champú sólido se puede utilizar como champú habitual porque sí retira la suciedad y las impurezas con el lavado y aclarado con agua. Aunque lo recomendable es lavarse el pelo cada 2 o 3 días, cada caso es diferente y puede haber personas que requieran menos días o aguanten más. En caso de que sean menos días, se puede utilizar un champú seco entre medias.
Por supuesto, las personas con caspa, cabello graso o con cuero cabelludo sensible pueden utilizar el champú sólido. Dicho champú es menos agresivo que el líquido, por lo que aporta numerosas ventajas:
En relación con el champú seco, no ayuda a eliminar la caspa porque no se retira del cabello con agua. Es perfecto para el cuero cabelludo sensible porque no contiene sustancias agresivas (siempre y cuando no lleve alcohol o propelentes), y para el cabello graso porque va a ayudar a absorber el exceso de grasa y a espaciar el tiempo que transcurre entre lavados.
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