Mantener los cuidados de nuestra piel es algo fundamental a lo largo de todo el año, pero, llegado el verano, nos vemos expuestos a una serie de factores que implican una mayor atención por nuestra parte a dichos hábitos. ¿Cuáles son los principales a tener en cuenta?
En verano, de igual forma que durante el resto del año, debemos cuidar nuestra piel. Durante el periodo estival, además, estamos sometidos a cambios bruscos de temperatura, tales como el contraste entre las altas temperaturas de la calle y el ambiente helado propio de los establecimientos que cuentan con aire acondicionado. Para paliar tanto la suciedad como la tendencia de la piel a resecarse, es bueno adoptar una serie de hábitos de cuidado, entre los que se halla la exfoliación.
¿Qué es la exfoliación de la piel y por qué es tan necesaria?
La exfoliación es el proceso de renovación celular de la piel mediante la eliminación de las células muertas de la epidermis.
Se trata de un proceso que, pudiendo efectuarse mediante una acción química o física, es ampliamente utilizado en cosmética a fin de lograr el rejuvenecimiento facial.
Al exfoliar, ayudamos a eliminar las células muertas (se renuevan cada 28-30 días) que se acumulan en la capa más externa de la piel como resultado de su ciclo de vida, las cuales, de no ser eliminadas, permanecerán adheridas a la piel, la cual terminará por lucir áspera y descamada, produciendo en nuestro rostro un aspecto sucio, apagado y sin brillo.
La exfoliación permite que nuestra epidermis, sobre la cual también se acumula sudor, cloro o arena, tenga un aspecto saludable, suave y luminoso, favoreciendo que los tratamientos posteriores sean más eficaces al permitir la mejor absorción de los productos aplicados.
Los exfoliantes son productos que aplicamos en la piel, habitualmente con un ligero masaje, y que ofrecen las ventajas que acabamos de comentar. Ahora bien, cualquier exfoliación podría no funcionar en todo tipo de piel, pudiendo incluso empeorar el estado de la misma; de ahí la importancia de dejarnos aconsejar por profesionales expertos en la materia.
Consejos para exfoliar correctamente la piel
- Exfoliar la piel al menos una vez a la semana, no debiendo superar los dos días para evitar irritaciones. Evitar utilizar productos demasiado agresivos; en verano son recomendables los exfoliantes suaves, aptos incluso para pieles sensibles. En la farmacia existen diversas marcas que cumplen perfectamente dicha misión.
- Realizar la exfoliación en la ducha, ayudándose de un guante exfoliante y realizando movimientos circulares, para favorecer el objetivo de eliminar las células muertas.
- Insistir en las zonas más secas, como los codos y las rodillas.
- Para la cara, utilizar un exfoliante facial específico. Los exfoliantes faciales suelen tener una composición más suave.
- Evitar realizar la exfoliación si la piel está enrojecida o irritada, por haber tomado el sol o después de la depilación.
- Gracias a eliminar las células muertas, el bronceado de la piel se fija durante más tiempo.
- Después de exfoliar la piel, es conveniente hidratarla adecuadamente con el producto que más se adapte a los gustos y necesidades individuales.
- Aplicar una crema hidratante tanto por la mañana como por la noche.
- Utilizar siempre un protector solar adecuado al tipo de piel, con independencia de que se vaya o no a tomar el sol. Tratar de evitar las horas centrales del día para tomar el sol y seguir las recomendaciones del producto.
Otros consejos para lucir una piel sana y bonita
Además de exfoliar e hidratar nuestra piel en verano, debemos mantener un estilo de vida saludable:
- Tomar alimentos refrescantes, principalmente a base de frutas y verduras. No solo ayudan a disipar el calor sino que aportan vitaminas y minerales que favorecen el bronceado (además del resto de beneficios que nos aportan).
- Beber mucha agua, zumos o infusiones. Ayudan a eliminar sustancias de desecho y a depurarnos.
- Realizar ejercicio diariamente, en las horas de menos calor. En verano, la gama de deportes al aire libre se amplía: nadar, andar por la playa, correr, hacer una excursión por el campo, montar en bicicleta...