La queratosis pilaris es un trastorno cutáneo benigno frecuente en los niños, adolescentes y adultos jóvenes. Se caracteriza por la aparición de pápulas o protuberancias con una elevación inferior a 1 o 2 milímetros y de color blanco o rojizo que se forman alrededor del folículo piloso. De esta manera la piel aparece áspera, como piel de gallina o de lija.
Los signos más frecuentes de queratosis pilaris son la aparición de bultos indoloros muy pequeños (pápulas), así como piel seca y rugosa. En algunos casos puede causar picor, aunque es poco frecuente. En los adolescentes y jóvenes, las pápulas suelen aparecer con más frecuencia en la zona interior de brazos y muslos, mientras que en los niños es habitual en las mejillas. La queratosis pilaris también se ve afectada por los cambios estacionales, ya que mejora en verano y empeora en invierno debido al descenso de la humedad.
En ocasiones, la queratosis pilaris se puede confundir con otros trastornos cutáneos, como por ejemplo el eczema o el acné. Por ello, ante la aparición de las pequeñas pápulas que la caracterizan, es importante acudir al especialista para que nos dé un diagnóstico correcto, nos recomiende productos adecuados para mejorar la piel y evitar la aplicación por cuenta propia de tratamientos para otros problemas cutáneos que no sean eficaces.
La queratosis pilaris se forma por la acumulación de queratina en el interior del orificio folicular piloso, causando su obstrucción, distensión y una leve inflamación. En consecuencia, aparecen pequeñas pápulas o protuberancias, manchas irregulares y piel áspera.
Se desconoce con exactitud por qué se produce la acumulación de queratina que causa la queratosis pilaris, si bien parece haber un componente genético, por lo que es frecuente que aparezca en varios miembros de una familia. Asimismo, es más habitual en fototipos y pieles oscuras, en personas con ictiosis vulgar o con dermatitis atópica.
Aunque la queratosis pilaris se considera un criterio menor para el diagnóstico de la dermatitis atópica, puede ser uno de los signos que apunten a esa enfermedad cutánea. Por ello, en el marco del Día Nacional de la Dermatitis Atópica, que se celebra el 27 de noviembre, queremos destacar la importancia de tener en cuenta la presencia de queratosis pilaris en el proceso diagnóstico de la dermatitis atópica.
No existe un tratamiento curativo para la queratosis pilaris. En algunos casos desaparece por sí sola con el tiempo, mientras que en otros mejora con tratamiento tópico, si bien tiende a reaparecer cuando el tratamiento se interrumpe. No obstante, y aunque se trata de un trastorno cutáneo benigno, no se debe desdeñar el impacto estético de la queratosis pilaris, sobre todo en los niños y adolescentes, que pueden ver afectada su autoestima.
Existen alternativas de uso tópico eficaces para el tratamiento de la queratosis pilaris, que ayudan a eliminar los depósitos de queratina y a mejorar el aspecto de la piel. Entre estos tratamientos se encuentran los siguientes:
Asimismo, para evitar el empeoramiento de la queratosis pilaris es importante mantener una correcta higiene, evitar frotar la piel al secarla, utilizar agua tibia en la ducha y reducir su duración, y utilizar cremas hidratantes tras el baño.
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